Juanse Laverde y Tú

Un adiós no es para siempre ***

He pasado una semana en el hospital, la verdad no me gusta mucho pero me he estado recuperando favorablemente, he visto a mis amigos y a Juanse que se han encargado de engreirme mucho, mi cuarto está decorado y con puros regalos, hoy iré a ver a Aarón a su cuarto, él no ha reaccionado y cada vez lo extraño más, pedí pasarme a su cuarto pero están evaluando eso, olvidé decirles que mi tía es la directora del hospital por lo que me tratan bien pero pedí el mismo trato que tengo para Aarón.

Me alisté para ir a ver a Aarón, las esperanzas de que despierte habían reducido bastante.

Llegué al cuarto de Aarón y aproveché que mis amigos y mi familia se fueron para hablar con él, sé que no me puede escuchar pero tal vez pueda sentir que estoy con él esperando que despierte.

Yo:Aarón, sé que tal vez no me escuches pero yo sé que estás luchando y que vas a despertar para salir de viaje para recorrer todo mundo como dijimos, por favor hermanito, despierta.

Me iba a ir cuando susurró.

Aarón:Hermanita.

Yo:Despertaste - sonreí y me acerqué a él.

Aarón:Me duele mucho el pecho.

De pronto empezó a sonar ese terrorífico sonido de la máquina indicando que nada iba bien.

Yo:¡Doctor!

Doctor:Tiene que salir.

Yo:No, es mi amigo.

Doctor:Por favor señorita.

Salí y después de unos minutos salió el doctor, yo había llamado a los padres de Aarón y estaban en camino.

Doctor:El paciente no va a sobrevivir, lo mejor será que se despida.

Yo:No, eso no puede ser cierto.

Doctor:Lo lamento.

Pasé a verlo, las lágrimas se hicieron presentes al verlo débil e indefenso.

Yo:Aarón por favor, lucha.

Aarón:Hermanita, ya llegó la hora.

Sonrió débilmente intentando reconfortarme.

Yo:No, no me dejes por favor, nos falta recorrer el mundo juntos.

Aarón:Tú hazlo por mí.

Yo:No, hermanito -pronto comenzó a cerrar sus ojos.

Aarón:Dile a Sofía y a mis padres que los amo y no olvides que a ti también, gracias por todos los momentos y recuerda que un adiós no es para siempre.

Yo:No, no me hagas esto -caí en el piso sentada, me sentía destruida, momentos después llegaron sus padres y al verlo lloraron, su madre lo abrazó y me ayudó a levantarme.

Yo:Señora no sabe cuanto lo siento, su partida me deja una herida muy grande, ver así a mi mejor amigo no es algo que tenía planeado.

MdA:Mi hijo te quería mucho, siempre nos decía que eras su hermana y te agradezco por hacerlo tan feliz todo el tiempo de amistad.

Llegaron mis amigos y se despidieron de él, Sofia no paraba de llorar, igual que yo.

Días después salí del hospital e hicieron su velorio, no paraba de verlo ahí en ese ataúd y lloraba. Lloraba para quitar todo este sentimiento que tenía por dentro.

Terminó el velorio y me quedé con Sofía en la casa de Aarón, nos quedamos en su cuarto, ese cuarto que tenía un aroma cálido ese cuarto donde vivían sus recuerdos, no podíamos dormir de solo pensar que no lo volveríamos a ver.

Al día siguiente era el entierro, es inimaginable esto, pensar que estabas hablando con un ser querido y un accidente inesperado daría un cambio por completo, ahora él no estaba.

Estaban dando la pequeña ceremonia, mientras el ataúd iba bajando mi corazón se rompía, cada pedazo tenía su nombre tatuado y en mi mente habitaban todos los recuerdos, lo que sería mi soporte.