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Las primeras impresiones suelen ser caóticas

- Yo los declaro marido y mujer - el padre miraba a la bella novia con ojos para nada eclesiásticos.

- Viejo imbecil - decía Eren.

Oyó la risa de Historia, su esposa, que estaba haciendo muffins para el café.

- ¿Viendo otra vez el vídeo de nuestra boda, amor? - apareció con su delantal.

- Me encanta - decía Eren sonriendo, mientras la miraba embelesado y no podía creer la suerte que tenía.

Vieron todo el vídeo, esperando a que aparecieran sus invitados, Sasha, Petra y los hermanos Ackerman, a los que oyeron anunciar su llegada casi desde una cuadra.

- ¿Qué tanto aúllan? - abrió la puerta enojado el dueño de casa, se habían mudado hace poco a ese barrio y ya tenían quejas por ruidos por culpa de ese grupo.

- Perdón señora - Sasha entro a la residencia como Juan por su casa y se tiró en el sillón.

- ¡Sasha, pide permiso! - Mikasa era casi siempre era la voz de la razón.

- ¡Llegaron justito! - Historia venia alegre desde la cocina con una bandeja - Recién salieron del horno - cuando terminó de decir eso Sasha ya se había comido un muffin de un bocado, estaban que ardían pero ella no pareció molestarle.

- Si te doy ácido lo digieres como agua - decía incrédulo Eren.

- No le des ideas por favor - Petra soplaba pacientemente su bocado mientras cruzaba las piernas.

Y así pasaron los amigos, entre café, chismes y muffins, una tranquila tarde de primavera.

Al otro día Historia y Eren se despidieron en la puerta antes de ir cada uno a su trabajo.

Historia era maestra en un jardín de infantes y Eren trabajaba en una firma de abogados. Este último fue a tomarse el autobús, Historia prefería siempre ir en bicicleta porque no tenía un impacto negativo en la naturaleza.

Eren pago su pasaje y fue a sentarse. Observó a los pasajeros y le llamó la atención una gran cabellera rubia. Era un chico más o menos de su edad, muy delgado y bajito. Todo el camino sintió curiosidad por ver el rostro que se ocultaba tras ese casco amarillo, tanto que antes de bajarse se inclinó lo más que pudo para verlo, pero no contó con que el chofer frenara de golpe y fue a dar con el hocico al suelo.

- Oh, quise ver si el piso estaba duro - dijo y se bajó, con la cara roja de la vergüenza.

Toda la tarde quedó con el pendiente del muchacho. Se preguntaba si lo vería al día siguiente si tomaba el bus a la misma hora...¿adónde iría? Seguro era estudiante de algo, tenía esa pinta.

Terminó el día tan cansado que no fue a tomarse su café habitual y prefirió volver a casa. Historia ya había llegado y lo esperaba con una deliciosa merienda.

Al otro dia, Eren esperaba ver de vuelta al chico.

Tomo el autobús con entusiasmo y lo buscó. Se sintió sumamente decepcionado cuando no lo vio por ningún lado. Al instante se sintió culpable. Tenía una esposa hermosa y amorosa. Un hogar cálido. Despejó esos pensamientos y fue, algo triste a enfrentarse a su rutina.

Para colmo de males, tenía que soportar a su compañero Jean Kristein, un caballuno al que le encantaba bulear a sus compañeros.

- Hola piojoto - le dijo altanero cuando entro - ¿Cómo está la linda Historia?

Debía reconocer que era ingenioso. Historia solía decirle piojito a Eren, porque le gustaba que le rasquen la cabeza.

- Callate, cara de caballo - tenía un as bajo manga - ¿Por qué no vas y te encierras en el cuartito de limpieza con Bott eh?

Jean se puso muy colorado y fue a lagrimear ofendido a su cubículo.

Y así paso todo el día, de papeleo en papeleo, hasta que fue hora de irse a casa. Esta vez sí tenía ganas de un buen café. Caminó tres cuadras hasta su cafetería favorita y entró, estaba llena a esa hora, que todo el mundo salía del trabajo.

- Señor ¿le sirvo algo? - escuchó una voz muy suavecita detrás suyo.

- Si, por favor, un café con...- volteo y se encontró con el rostro más angelical que vio en su vida - leaagsfahsgshche - balbuceó.

- ¿Perdón? - sonrió el muchacho del bus.

- Café con leche - dijo, sin perder la dignidad.

- Enseguida - y vio sus piernas flacas alejarse.

Armin se quedó pensando si era ese tipo el que se había dado en la madre en el bus el día anterior. Mientras preparaba el pedido, se quedó mirando su espalda. Era ancha y se le notaban los músculos debajo de la tela.

- ¿Quien es ese hoooombree? - apareció su compañero, Connie.

- ¡Ah! - dio un salto del susto - No, nadie. Creo que lo conozco de otro lado - explicó.

En eso el tipo del bus se levantó y se dirigió a la barra, justo cuando Armin había terminado de acomodar todo en una bandejita.

- Se cambió de lugar - le dijo cuando salió de la cocina.

- Es que me da pena estar solito.

- Ah...oiga ¿lo conozco? Su cara me suena.

- ¡N-NO! - Eren se enojó innecesariamente, pero vio que el joven se sonrojaba y bajaba la mirada, dolido - Lo siento ¿Tu estabas en el autobús ayer verdad?

- Entonces si fue usted. Me sorprende que no haya perdido ningún diente - le sonrió con inocencia - Se cayó bien chido.

- El chofer aceleró de golpe ¿Ok?

Armin se encogió de hombros y fue a atender a los demás clientes.

Eren no podía creer lo hermoso que era. Parecía un ángel. Su pelo rubio enmarcaba su rostro blanco y redondo como si de un halo se tratara, y sus ojos azules resaltaban. Solo era ese corte lo que le molestaba un poco.

- Oye muchacho - dijo cuando terminó.

- Armin. Mi nombre es Armin.

- No te lo pregunté - le miro la cara más atentamente - ¿Ves bien con esa pelambrera tapándote la jeta?

- Claro que si - dijo Armin indignado tocándose el pelo.

- Digo, me sorprende que no estés ciego - saco unos billetes para su propina, mucho más de lo que correspondía - Toma, para que vayas a la peluquería.

Armin se quedó mirando el dinero. Se sentía algo ofendido, pero necesitaba pagar cosas, así que lo tomó. Cuando salió no podía sacarse esos ojos verdes de la mente. Llegó a su casa y reconoció que su flequillo le restaba un poco de visión panorámica, y que la parte de atrás estaba un poco abultada. No le sorprendía que a veces lo confundieran con una chica. 

- Supongo que tarde o temprano debía hacerlo - susurró mirándose al espejo tijera en mano, y tomo una loca decisión.


Holi, volví con una historia de geis

Nada, eso.

Ah cierto, quería saber si les interesa un eremin sad uwu, tengo ganas de escribir uno para más adelante, pero no quiero que les de deprimición.

Si siguen otro fic mío, están en desarrollo, no se awiten.

La discordia tiene una forma pequeña (Eremin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora