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  Repartidor de comida.

  Todos al escuchar esto lo primero que viene a su cabeza es ¡Qué trabajo tan más fácil!

  Y no, NO LO ES.

  Te hacen creer que es de lo más sencillo, por qué ¿Qué tan difícil puede ser entregar comida?

  A demás con las facilidades que te da esa famosa aplicación:

UBER EATS.

  Sólo te llega una notificación (si eres el repartidor más cercano) con la dirección del restaurante, puesto, plaza o sea lo que sea de comida, recoges está, te llega la dirección del cliente y la entregas a la persona, sencillo ¿no?

  Claro que te hablan de lo fácil, te lo hacen ver bonito, sencillo.

  Ah, pero jamás te dicen las fallas en esto, lo complicado que tiene.

  Y pues bueno, yo soy uno de esos sujetos que cayó en la trampa del oficio de repartidor de comida, Uber Eats.

  Había tenido que dejar mi ciudad natal, Busan, ya que había sido aceptado en una Universidad de Seúl, obviamente, mis padres no habían podido viajar conmigo, así que vine sólo.

  Seré sincero, mis padres me facilitaron todo, y cuando digo todo ¡Es ToDo!

  Me pagaron el primer mes de renta en el departamento donde ahora vivo, el transporte de la mudanza y la primera colegiatura de la Universidad.

  No sabía vivir solo, pero igual, no quería ni me parecía justo que mis padres tuvieran que pagar tanto por mi.

  ¿Por qué no buscar un trabajo?

  Y pues bueno, me conseguí uno, todo bien, pero igual seguía dependiendo de ellos, los primeros días, ellos me mandaban dinero o si les pedía que para esto, me daban, jamás me lo negaron, pero quería hacerlo solo, pero no podía, ya que, no me acostumbraba a la vida sólo, no era organizado con mi dinero y era muy caprichoso, cualquier cosa qué me gustará lo quería.

  ¿Qué me gusta ese nuevo manga? Lo compró, ¿Una bata de akatski? Lo compró, ¿CARTAS DE DRAGÓN BALL EDICIÓN LIMITADA? ¡Lo compro!

  Me fue difícil adaptarme.

  Bien, al inicio no me parecía demasiado, vamos, no ganaba tan mal, me pagaban quincenalmente y yo no estaba acostumbrado a ver tanto dinero junto, ¿cómo yo iba a saber que ni con la mitad de eso me alcanzaría para pagar al casero? Y digo la mitad, por qué la otra mitad era para alimentarme.

  Llego el momento en el que me estabilice con los horarios de mis clases y el trabajo, logrando así, conseguir un segundo trabajo muy sencillo y que me dejaba tiempo.

  Todo bien, todo correcto.

  Llegué al punto de ya no necesitar pedirles a mis padres y sostenerme sólo, ¡Y vaya que me sentí grande! Era completamente diferente trabajar y ganar tus cosas, comprarlas tú, saber que eso viene de ti, uf, me sentía orgulloso de mi.

  Tenía una beca en la Universidad así que las colegiaturas no eran tan elevadas y podía con ellas.

  Pero obviamente, no todo es tan fácil. (O bueno si lo es, si no te llamas Jeon Jungkook)

  Había llegado el día en el que me di cuenta, tenía que pagar la renta de mi departamento.

  Hubieran visto mi cara cuando me di cuenta que lo había olvidado y ya había gastado ¡LA MITAD! de lo que era para el casero.

Uber Eats | vkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora