Narra Aria.
Vale, todo irá bien. ¿Qué hay de malo en salir con un chico? Yo creo que nada, seguro que es genial salir con Lucas. Además, salgo con Aaron una vez al mes, porque, claro, mi organizado horario de estudio es... Vale, olvídalo, esto va a ser horrible. Lucas ni siquiera sabe cómo soy en realidad, ni yo sé cómo es él con las chicas, igual es un engreído idiota que utiliza a las chicas a su antojo y...
- Hola, preciosa.
Ay, dios mío, esto ha sido muy mala idea. Aquí estoy, en mitad de la playa, con un vestido veraniego amarillo y floreado (sí, por si os lo preguntáis, se lo he quitado a Taylor), temblando como un flan y mirando hacia arriba para poder ver a ese chico que me mira con una sonrisa blanca y ladeada. Lleva una camisa blanca, solo abotonada por los tres primeros botones, remarcando su reluciente pecho bronceado y... uf, vale, vamos allá.
- Uhm, hola, Lucas, ¿cómo estás? Es decir, ya te he preguntado antes pero, no sé, igual has cambiado de opinión o... -joder, Aria, en serio, te pasas.
- Oye, pues parece que no soy el único que está nervioso. -su risa es suave y amable, vaya, es perfecta- Estoy genial, la verdad, ¿y tú, angelito?
Intento reprimir una cara de sorpresa cuando me dice eso y carraspeo para después mirar hacia el mar transparente, que, poco a poco, comienza a oscurecerse bajo el sol del atardecer. Antes de que pueda contestarle parece que reacciona y saca, de detrás de su espalda, una flor amarilla. Dios, esto sí que es precioso y no la cara de empanada que se me ha quedado.
- A ver, no te conozco, pero... había pensado que, a lo mejor, te gustan las flores. Y... -suspira y se me escapa una risa, ¿por qué estará tan nervioso? Ayer no parecía estarlo tanto- ...perdona, no suelo estar tan nervioso cuando hablo con una chica, no sé que me pasa... em, ¿te gustaría dar un paseo?
Asiento porque, definitivamente, los dos estamos muy nerviosos. Mientras andamos lo escucho hablar, vive aquí desde que era pequeño y este hotel es, prácticamente, su casa. Su padre es el director de esta cadena de hoteles (ejem, haré como que no lo sabía ya, ejem) y su madre es una famosa diseñadora de bañadores. Por lo que veo, la relación con su hermano no es muy buena, lo que hace que me ría cada vez que recuerdo la cara de ese tío después del puñetazo de Valerie. Por fin, decido hablar yo tras su pregunta de cómo sabía lo de su hermano.
- Bueno, verás, es mi hermana quién le ha pegado el puñetazo -ahora es él quién se sorprende y ambos acabamos riéndonos de la coincidencia- dios, es que quiso tirarla de la tabla de surf, y a Valerie nadie le hace eso.
- Joder, soy fan de ella... -no sé cómo hemos terminado sentados en mitad de la solitaria playa, pero me siento bien acompañada con él-... ¿y tienes más hermanas?
- Sí, está Valerie, que ya sabes quién es. Después están mis hermanas mellizas, Emily y Taylor, que son algo así como el día y la noche. Y por último, está Aaron, que no es mi hermano de verdad pero es, definitivamente, al que más quiero.
Veo como Lucas frunce un poco el ceño y sonríe de forma algo pícara.
- Un momento, entonces, ¿no es tu novio? -niego rotundamente solo al escuchar su pregunta, en la vida pensaría en Aaron como algo así- Bueno, quién lo diría, casi me pega por estar interesado en ti...
Por un momento desconecto de lo qué me está hablando y miró hacia la arena, ¿acaba de decir que está interesado en mí? Es decir, ha insistido en quedar conmigo, pero no pensaba que quisiera, no sé, algo... dios, Aria, ¿en qué te estás metiendo? ¿No te das cuenta de que, pase lo que pase, esto no acabará bien para ti? Además, estás viajando y no creo que te quede mucho tiempo aquí, así que será mejor que te olvides y...
- Aria, ¿estas bien?
- Creo que tengo que irme.
Para cuando me fijo en Lucas, lo veo confundido, ¿en qué momento he pensado que esto saldría bien?
- Pero, ¿por qué? ¿Acaso he hecho algo mal? Pensaba que estábamos cómodos y... -es que ni siquiera puedo mirarlo, yo también estaba tan cómoda escuchándolo y con la flor ya, pff.
- No, no has hecho nada mal, lo siento, pero yo... no soy así, no quedo con chicos, yo no... -suspiro nerviosa, me levanto y comienzo a alejarme lentamente- ...esto ha sido una mala idea, encanta de conocerte, Lucas, adiós.
En cuanto acabo de hablar, salgo corriendo hacia el lado contrario a él, intentando, de alguna forma llegar al hotel lo antes posible. Aria, eres una inútil, no deberías siquiera haber quedado con él, ¿por qué no borraste su número cuando tuviste oportunidad? Él y su estúpida flor amarilla.
Consigo llegar sin ningún rasguño, raro en mí, a la habitación del hotel, sin rastro de chicos ni de personas qué me pregunten que sí estoy bien de la cabeza por haber dejado tirado en mitad de la playa a un chico monísimo.
- Oye, Aria, nos vamos esta noche.
Doy un pequeño salto al escuchar a Emily salir del baño de mi habitación; pero, ¿¡qué hace Emily en mi habitación!? y, lo que es peor, ¿¡nos vamos ya!?
- Venía a robarle a Aaron su ropa, ya sabes que me gusta... -sí, lo sé, a mí también me gusta-... y sí, salimos esta noche, acaban de llegar los billetes a nuestra habitación. -pues qué bien oye- Por cierto, ¿sabes qué también piensas en voz alta como nosotras? Qué miedo...
Ruedo los ojos porque no tengo tiempo para seguir hablando con Emily y empiezo a hacer mi maleta. Agradezco que Emily no se fijara en la flor que aún tengo en la mano y que guardo rápidamente dentro de uno de mis libros.
Pues adiós Caribe y adiós Lucas Rivera, no sé si ha resultado un placer haberte conocido.
[...]
Narra Aaron.
Bien, por fin nos vamos, me resulta surrealista pensar que tenía tantas ganas de irme de este sitio. No aguantaba a ese chico, parecía un inepto rompecorazones y está claro que no lo quería rondando alrededor de mi Aria. Espera no, no es mía, es mi mejor amiga y no dejaré que un chico que no la merece le haga daño. Por encima de mi cadáver.
Ahora, que estamos ya en el jet privado de la familia Green, la veo algo ausente y despistada, más de lo habitual. Está intentando concentrarse en sus apuntes de Literatura, con los poetas de la Generación del 27, sus favoritos, y lleva en la misma página unos 10 minutos. Nada normal en ella. Frunzo un poco el ceño y ella parece darse cuenta cuando me mira.
- Aria, ¿pasó algo en tu cita con... -opta por interrumpirme antes de que siga la pregunta para ella hacer otra a todos nosotros.
- Oye, ¿tienen la más remota idea de hacia dónde nos dirigimos ahora? Porque supongo que seguiremos un orden de ruta o... -esta vez, es Aria quién se ve interrumpida por la voz del piloto a través de los altavoces.
"Queridas chicas Green, este es un mensaje de vuestro padre... -se escucha la indudable voz del señor Green- ...esta vez, me gustaría comunicaros por mi mismo que vuestro próximo destino es... Argentina"
El grito de alegría de Valerie se escucha desde la otra punta del avión, Emily está demasiado ocupada vomitando como para enterarse del lugar de destino, Taylor ha decidido ignorar a todos y está escuchando música mientras lee una revista (pero, ¿de dónde la ha sacado? Si se ha montado en el avión sin ella...). Por último, pero no menos importante, veo a Aria suspirar y apoyar su cabeza en una de las pequeñas ventanas del avión.
Pero, Aria, ¿qué ha pasado?
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Pues Aria ha decidido alejarse de Lucas pensando que no llegarían a nada, ¿qué creéis vosotros? ¿Se volverán a encontrar o los damos por perdidos?
Veamos qué ocurre ahora durante su estancia en Argentina🤭
Besitos, personas guapas xx
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Rumbo hacia ninguna parte.
Novela JuvenilSeguro que no es fácil para una madre que sus hijas tomen caminos diferentes en la vida, sobre todo si esos caminos están separados a miles de kilómetros. Pero, ¿qué pasaría si les organizas un gran viaje sorpresa como despedida? Aria, Valerie, Emil...