Narra Emily
Últimamente siento que las cosas no me están yendo bien. Llevo sin hablar con Jack casi una semana entera, no se me ocurren ideas buenas y llevo demasiados días sin gastar bromas a nadie, mi esencia se está perdiendo y ya no sé qué más hacer. En realidad, esto es culpa de Jack, si el muy idiota me cogiera el teléfono, por lo menos, tendría alguien a quién decirle que me he quedado embarazada de trillizos al enrollarme con un inglés apasionado por los pavos y obsesionado con las Oreos (lo peor es que se lo hubiera creído, las Oreos son la clave). Pero no, eso no ha ocurrido y es culpa suya.
Ahora mismo nos encontramos en una especie de "agradable y necesaria cena familiar" (o así es como lo definió papá) que, al fin y al cabo, es de todo menos agradable. Aria solo remueve su plato, la mitad está en la mesa y la otra mitad en los pantalones nuevos de Aaron. Pobrecillo, encima no le quiere decir nada y tampoco puede echarse a un lado porque está la bruja de mi hermana. Taylor, alias "aprovechando que estoy en Londres voy a pintarme como una puerta y a ver si alguien me reconoce por el anuncio que hice hace años sobre comida para perros" (es que te juro que se lo recordaré toda la vida, adiós reputación JAJAJAJA), está absorta en su móvil, quién sabe haciendo qué, igual buscando castings para más anuncios. Mis padres, simplemente, hablan entre ellos; varias veces han intentado darnos algún tipo de conversación a nosotras pero poco hemos tenido que decir al respecto. Valerie ni siquiera ha venido, algo de que le dolía el estómago... ¿o era la cabeza? No, no, era la pierna. ¿O era...
- Emily, era la rodilla... -uy, casi-...y controla lo que piensas, que parece que estás loca -Taylor rueda los ojos y sigue a lo suyo. Mis padres me miran y parecen dispuestos a hablar conmigo, ay no...
- Bueno, Emily, no hemos hablado aún de la bromita de la recepción del Caribe, pero te aseguro que... -veo cómo mi madre va a comenzar su discurso sobre la responsabilidad, la madurez y, lo peor, los castigos. Decido interrumpirla, sin saber si será peor o mejor para mí.
- Mamá, lo siento, estaba aburrida y a ellos no pareció molestarles... mucho -bajo un poco la voz pero en seguida la elevo- ...y, además, ¿qué más podía hacer? Ese jabón me llamaba a gritos y el hotel tenía un poco de polvo, así que pensé, ¿por qué no ser Don Limpio por un día?
Escucho una pequeña risa por parte de Aaron pero, al ver que nadie más se reía, este decidió callarse y continuó con su plato. Buen chico, Rodríguez, buen chico. Mis queridos y desesperados progenitores me miraban un poco molestos y ahora es mi padre quien decide hablar.
- Emily, sabes que te quiero, pero estas a punto de cumplir 16 años, deberías aprender que eso de las bromas no te durará mucho... -le miro un poco confundida y me cruzo de brazos algo expectante por lo que vaya a decir- ...y no sé si es que intentas seguir las modas de alguien o es para llamar la atención de Jack o... -espera, ¿qué?
- ¿Llamar la atención de Jack? ¿Para que querría yo llamar la atención de Jack? -pregunto confundida alzando un poco la voz sin notarlo, por un momento todos los de la mesa levantan la vista de sus platos solo para mirarnos.
- No lo sé, dímelo tú, sé que te molestó que os mandáramos todo el verano fuera de casa sin siquiera avisar, y también sé que añoras mucho a Jack, porque estáis siempre juntos... -no comprendía a dónde quería llegar exactamente- ...el hecho es que igual te comportas así porque siempre quisiste llamar la atención de él, porque pensabas que lo mantendrías más cerca si hacías justo lo qué él te pedía y...
- Papá, ¿de qué estás hablando? -ahora todos están mirando pero de verdad, las palabras de mi padre me habían dolido, ¿tan poco me conocía para decir que yo actuó por lo que me diga Jack?
- Sólo digo que... -lo interrumpo levantándome de la silla, ya no me sentía cómoda allí, bueno, antes tampoco lo estaba, pero por lo menos no me
consideraban una sumisa seguidora de pelirrojos.
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Rumbo hacia ninguna parte.
Ficção AdolescenteSeguro que no es fácil para una madre que sus hijas tomen caminos diferentes en la vida, sobre todo si esos caminos están separados a miles de kilómetros. Pero, ¿qué pasaría si les organizas un gran viaje sorpresa como despedida? Aria, Valerie, Emil...