Prologo

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Creo que el destino fue demasiado duro al poner a ambos chicos en el mismo camino, aunque ambos congeniaban a la perfección el estar juntos era un hecho muy lejano.


¿Por qué el amor era tan complicado? ¿Acaso es su culpa haber nacido en una época así? En un mundo en donde Park Jimin tiene un linaje superior al de YoonGi, provocando que su unión sea prácticamente imposible.


Y en situaciones así, en las que ninguno puede mantener ocultos sus sentimientos, pero los dos sabían que estaba mal, eran amantes, en alma y cuerpo. Ahora ambos tienen que tomar una decisión que cambiará por completo su vida.


— ¿Y entonces? Su majestad, yo acataré cada una de sus órdenes — El contacto de ambos orbes no se puede hacer presente, YoonGi no es nadie para poder apreciar la belleza de su príncipe, quien próximamente será el rey, y eso le dolía, le dolía mucho, sentía su corazón romperse cada vez que recordaba que no podría tener a la persona que el amaba.


— ¿Incluso si mi orden lo lleva a la muerte? — Cuestionó, el silencio se armó por un largo tiempo en donde el mayor lo pensó claramente antes de contestar.


— Incluso si muero, yo prometí cuidarlo y proteger-.. — Lo interrumpió.


— Ahora promete amarme, no quiero nada más Min, solo quiero que me ames — Baja la mirada y la cabeza no es digno de un miembro de la realeza — Se lo suplicó..— Y suplicar tampoco.


— Su majestad, usted sabe que eso es imposible y no porque no te ame, sino porque no soy digno y eres el futuro rey.

— Alzo la mirada para encontrarse con los ojos llorosos de Jimin


— ¿Quién decide lo que es digno o no? Lo único imposible es lo que no intentas, YoonGi por favor. Solo deja un momento lo que se puede o no hacer, solo deja los comentarios que dirá la gente y no hables con esto — Señalo mi cabeza específicamente en la parte de su mete — Habla con esto — Señalo su corazón — Basta de acatar órdenes, basta con siempre ser respetuoso conmigo, basta de ser tan cortés conmigo, no dependas de mus órdenes y has lo que tu corazón y lo que TU quieras hacer — El silencio se volvió presente


— ¿Y si yo quiero hacer esto? — Camino a paso rápido hasta tomar entre sus manos la cadera del menor, apegándolo a su cuerpo.

 Inclinando la cabeza hasta que ambas respiraciones se juntaron


—Entonces hazlo... — No podía evitar estar nervioso, cerro los ojos esperando lo que seguía, hasta que el mayor elimino toda distancia entre ellos juntando sus labios son una leve presión.

 Y a la par de los minutos no se pensaba quedar con las ganas y mandando todo el carajo empezó a mover sus labios contra los del menor.

Por que lo posible se consigue y lo imposible se intenta

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