¡Fantasías Sexuales!

Reencuentro

Un chico rubio llegaba a la gran ciudad de las Vegas, conocida por sus casinos, algunos de mala fama, otros más de buena reputación.

Se preguntaba si sería buena idea hospedarse en un hotel con casino de alto prestigio.

Esa noche quería olvidarse completamente de todo, sobretodo después de aquella traición.

El sonido de su teléfono lo hizo reaccionar, lo sacó de su bolsillo y miro la pantalla.

El nombre de ella salía.

Gruñó y le colgó.

¿Cómo contestarle a la mujer que le prometió una vida feliz, la que creyó intachable y la encontró en una situación de traición alta?

Apagó el teléfono sin dudar, no quería saber ni de ella ni de nadie

Llegó a un hotel de 5 estrellas con casino incluido, era típico en esa ciudad.

¿Que más daba?

Quería divertirse, así que optó por entrar.

Entró al hotel, caminó a la recepción y preguntó por las promociones con casino incluido.

Le agrado escuchar lo que la recepcionista le mencionaba así que pidió la habitación y acceso al casino.

No llevaba más que una simple maleta pequeña con apenas dos cambios de ropa, el pantalón de vestir negro estaba limpio, así que al terminar de bañarse solo se cambió la camisa

Eligió una color vino de manga larga, sin corbata, quería lucir lo más casual posible

Bajó de nuevo a recepción y entro al casino.

Muchas maquinas, y luces, pero le llamo más su atención el vestuario de las meseras.

Un corsé ajustado enterizo negro con mallas negras de red, tacones negros no muy altos, y un pompón en la parte trasera, diadema en el cabello con orejas que simulaban las de conejo.

No sabía si era el uniforme de aquel lugar, pero pese a que era muy llamativo, los hombres se mostraban muy respetuosos.

Era uno de esos casino de buen prestigio, donde los caballeros iban a divertirse y no a buscar a quien llevarse a la cama.

Se abrió paso hacia la mesa de canje, pidió monedas y unos bocadillos, le llamo la atención la ruleta, siempre había querido intentar jugar.

Camino hasta ahí y se sentó, una de las meseras le explicó cómo jugar y el agradeció.

Apostó y la ruleta comenzó a girar.

Quizá estaba de suerte, pues en sus cuatro apuestas había ganado.

La mesera le ofreció su compañía pero el se negó.

Al terminar sus bocadillos dejo de jugar ahí y continuó explorando el lugar.

Llegó a la sala de Bingo, ahí observo que las meseras lucían uniforme diferente.

Tenían una falda blanca corta con una abertura de lado izquierdo, zapatos blancos, con un tacón bajo, medias transparentes, y las blusas de escote en "v" y sin mangas de color azul, le adornaba una especie de corbata rosada, diademas rosadas en la cabeza y cabellera suelta.

Se dirigió a una mesa y pidió una cartilla de Bingo.

Una mesera se dio cuenta de que era nuevo en la mesa y se acercó a brindarle su ayuda.

- Buenas noches, ¿Desea que le expliqué algo señor?-

Aquella dulce voz la reconoció de inmediato, era irreconocible.