¡Fantasías Sexuales!

Eh sido tuya siempre

¡Por fin haré uno de mi pareja recién favorita!
El bello Hak y Yona, mi pelirroja favorita.

Recuerden que son historias cortas con LEMON 🤭.

-¿,Que hoy coronan a la nueva reina?-

-Si, por fin la señorita Yona será la reina de Kouka.-

-Bien merecido lo tiene, ella luchó junto a los cuatro dragones para que el reino tuviera de nuevo esa paz que su padre tanto tiempo mantuvo.-

-¡Larga vida a la reina Yona!-

En el reino no se hablaba de otra cosa más que de la coronación de la princesa Yona.

Habían pasado 5 semanas desde que soo-wong había muerto debido a la enfermedad hereditaria de su madre.

Y así la única que debería ocupar el puesto de rey, era Yona.

Y así lo harían.

Ella y los cuatro dragones habían tenido una fama como espuma al luchar por el bien del reino.

Nunca un rey se había esforzado tanto por su pueblo que ella, una digna reencarnación del rey Hiryu.
El gran dragón Rojo

Yona se encontraba de pie frente al espejo, la vestimenta había sido colocada para la ceremonia, sus cabellos rojos volvieron a crecer, nuevamente eran largos y rebeldes, y a ella le gustaba verse de nuevo asi.

Se sentía nerviosa pero sabía que todo estaría bien.

La puerta de su habitación sonó, ella sabía que había llegado el momento.

Camino segura de si misma hacia la puerta y abrio.

Los cuatro dragones habían llegado por ella.

Pensó que vería a su guardaespaldas fiel, a quien tanto amaba pero el no estaba ahí.

Sonrió feliz, aún así y caminó junto a ellos hasta el final del pasillo.

Esperaron pacientemente detrás de la gran puerta a qué se abriera.

Yona se sentía un poco nerviosa, pero recordó días atrás como peleaba junto a todos sus compañeros y esto era nada.

Los miro a cada uno de ellos.

-Gracias por todo chicos y espero que sigan a mi lado muchos años más-

-No tienes que agradecer princesa Yona, nacimos para servirte y te seguiremos a dónde vayas.-
Contestó el dragón Blanco de ojos azules ki-ja.

-Tu me salvaste de aquella oscuridad Yona y siempre serás mi luz en el camino.-
Respondió ahora el dragón azul, Shin-ha

-Una bella dama como tú debe ser protegida y cuidada por mi.-
Respondió ahora el dragón verde Jae-ha

-¡Zeno se quedara dónde hay comida segura!-
Contestó a modo de broma el dragón amarillo.

Yona sintió más seguridad ahora, la puerta se abrió y pudo ver a Hak, quien vestia muy elegante, se sonrojo al instante y el le sonrió.

-Me dieron el honor de llevarte de la mano hacia el centro para la imposición de la corona, nadie mejor que yo para verte por fin tomando el puesto que te corresponde. Princesa Yona.-

Las lágrimas de felicidad rodaron por sus mejillas.

Ahora todo estaba perfecto.

Yona tomó el brazo de Hak y lo siguió hasta el centro del balcón.

Le colocaron la corona y todos aplaudieron, observo a muchos de sus amigos ahí abajo y los saludaba feliz.

No había duda de que reinaria muy bien, además tenía a su lado a los dragones y a su fiel guardaespaldas Hak.

Al término de la Coronación, fueron al salón real a comer el gran banquete que habian preparado.

Bebían y reían felices. Hacia tanto que no los veía divertirse tan tranquilos.

Estaba feliz.

Sus cuatro dragones se quedarían con ella en el castillo y sobretodo Hak.

Lo busco con la mirada, estaba junto a Jae-ha discutiendo de quién sería el último que caiga rendido por el alcohol.

Sonrió, siempre era lo mismo con ellos dos.
La velada avanzaba y muchos ya comenzaron a retirarse ahogados en alcohol.

Ella sintió igual los efectos y decidió marcharse a descansar.

Hak le ofreció su ayuda ya que la vio tambalear.

Ella aceptó, definitivamente lo necesitaba.

Caminaron juntos el tomándola de la cintura para que evitará que se caiga.

Yona miraba hacia abajo con las mejillas sonrojadas.

Llegaron a la habitación, el abrio y ella entró.
Se sentó en la orilla de la cama.

-¿Se le ofrece algo princesa, digo reina Yona?-

Preguntó con su típica voz fría y suave.

-No, estoy bien, gracias Hak, ¿La pasaste bien?-

Preguntaba aún sonrojada.

-Claro, si está cerca de mi siempre la pasaré bien.-
Le tomó sus manos y le dedico una tierna sonrisa.

-Hak ¿Puedes quedarte a dormir conmigo esta noche? Es que siento que me levantaré a vomitar.-
Mencionó tímidamente y algo avergonzada.

El chico de cabellera negra y ojos azules asintió.

Yona agradeció con una sonrisa, se cambió en el baño y salio de nuevo.

Hak se había sentado en un mueble, lejos de la cama.

Yona se acostó y le pidió que se acercara con ella.

-No, con el alcohol en mi cuerpo no creo que sea capaz de aguantarme.-

-¿Aguantarte que? ¿Hak?-

El no lo pensó más se acercó a ella y beso sus labios sediento.

-Desde aquel día que me salvaste del incendio y me diste agua de tus labios, siempre quise besarte. Tus labios tienen un sabor tan dulce .-

Yona lo abrazo y lo besó de nuevo. Estaba decidida a estregarse a él, en cuerpo y alma.

Pero no esa noche, estaba muy afectada por el alcohol,se paró rápido y tal como presintió fue al baño a vomitar.

Su molestia era mucha así que decidió mejor dormir.

Hak la tomó de la mano y así sin soltarse quedaron profundamente dormidos.