¡Fantasías Sexuales!

Mi linda Sirvienta *Parte dos*

Se encontraba de pie arriba del trono junto a su padre y su madre.

El voceador había anunciado que las princesas comenzarían a entrar

Natsu suspiró.

Bajó las escaleras y llegó hasta al piso del salón.

Una a una iban entrando, las reconocia a algunas gracias a la carpeta que su madre le había entregado en la tarde.

Ninguna le llamaba su atención.

Y al final entro una.

De cabellera rubia platinada corta, ojos azules y labios rosados.

-¿Lisana Strauss?-

Se preguntó a si mismo al reconocerla al instante.

Ella le sonrió y lo saludo.

Le devolvió el saludo

Se dio vuelta y se incorporo con las demás invitadas.

Veía a su alrededor cuántas eran, al menos 15 junto a sus familiares.

Suspiró cansado.

Su madre le dio la mano y le indicó ir al centro a bailar.

Era costumbre que la madre o el padre según sea el Príncipe o princesa bailarán para que luego uno a uno en este caso una a una de las princesas pase con el a bailar el vals real.

Natsu y su madre iniciaron con el baile y después cada una bailo con el.

Era difícil que en una sola noche platique con todas y elija a una.

Así que se fue a lo seguro con la última que había llegado.

La plática con ella fue amena y alegre, tenían mucho en común, ella era la menor de tres hermanos y por supuesto la última quien reinaria, no le interesaba el trono y de cierto modo se sentía libre.

-Vine al baile porque tenía curiosidad de conocerlo Príncipe Dragneel-

Le sonrió.

Entonces estaba decidido.

-Lissana Strauss será mi prometida.-

Todos acataron su decisión y lo reverenciaron

Lucy vio a lo lejos como el la presentaba.

Algo dentro de ella se encendió, una especie de molestia, de rabia, coraje.

Pero sabía bien que nada podía hacer.

Continuo la velada.

Todo salió bien, Natsu acompaño a Lissana a su carruaje quedando con verse seguido para conocerse mejor.

Las demás invitadas se marcharon y todos se dispusieron a descansar.

Caminaba por el pasillo, sacándose la corbata para poder dormir.

Buscaba a su alrededor a la rubia que tanto lo excitaba, quizá esa noche no podría disfrutar de las mieles de sus jugos, rayos solo el pensar en eso lo prendía demasiado.

Abrió la puerta de su cuarto y vaya sorpresa la encontró ahí.

-¿Así que ya será un hombre comprometido príncipe Natsu?-

Rió

-Aun no Lucy, podemos divertirnos mucho aún. Te quedas está noche aquí, te haré mía en todas las posiciones posibles.-