¡Muchas noches de placer!

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Todo continuó conforme a lo planeado.

Lucy viajo con Ana a su cambio de apellido en Magnolia, el abuelo de ella se había arrepentido de todos los años que pasó lejos de ella, dejando que crezca en la miseria cuando en Magnolia lo tenía todo.

Lucy ahora tenía el apellido Heartfilia, y Natsu se presentó ante él para pedir la mano de ella, ya que estaba embarazada.
El acepto con la condición de entregarla en el altar.

No había objeción por eso.

Parecía estar en las nubes.

Un cuento de hadas con posible final feliz.


Tenía cerca de cuatro meses cuando la boda se llevó acabo.

Fue muy bella, elegante y emotiva.

Lucy estaba espectacular con aquel vestido blanco

Al terminar la gran velada se dirigieron a su cuarto.

Despojo todo aquel vestido tan fastidioso, para admirar el cuerpo desnudo de su ahora esposa.

Pudo notar algo.

-¿Tus pechos crecieron?-

Ella sonrojada contestó.

-Supongo por el embarazo.-

-¡Que delicia!-

No dudo en llevárselos a la boca, un gemido fuerte salió por inercia de sus labios, últimamente se sentía más sensible y se excitaba muy rápido, lo suponía a las hormonas

Natsu con su miembro ya erecto la penetro rápido.

-¡No seas rudo! Recuerda que hay un bebé adentro.-

Mencionó excitada.

-No puedo contenerme, tu cuerpo me fascina-

Contestó al mismo modo.

La colocó de lado, y la sujeto de ambos pechos penetrandola una y otra vez.

Ella se vino rápido.

Aún falta.

La cambio de posición y continuó las embestidas, con el embarazo debía buscar posiciones para no lastimarla.

Los gemidos de placer llenaron la habitación de los recién casados

Se sentía en las nubes con tanto éxtasis de placer.

Arqueaba su espalda y se aferraba a la sábana de la cama.

Sus pechos marcados, y sus labios hinchados era una digna imagen que el siempre quería ver.

-¿Eres feliz?-

Le pregunto mientras la abrazaba, ambos desnudos, ella llena de semen en todos lados

-Si.-

Contestó desde lo más sincero de su corazón

-¿Sabes que de ahora en adelante te haré mía todas las noches posibles?-

Ella sonrió con lujuria.

-Mas te vale que lo hagas. Quiero darte todos los hijos posibles.-

El soltó una carcajada.

Ella era tan lujuriosa y candente como el.

La mejor mujer sin duda.

Había elegido bien después de todo.

Se aferró a ella mientras el sueño los vencía.






Como cada noche, el estaba lamiendo y succionando los jugos calientes de su vagina.

Ella arqueaba su espalda de placer.

Quería más y más.

La penetró rápido y ella enredo sus piernas a su cintura, siguiendo juntos el ritmo mientras sus lenguas jugaban entre ellas.

Se salió de ella solo para ponerla en cuatro.

La penetró tan rápido y duro que ella grito extasiada, logrando venirse

Le dio una nalgada.

Sabía que no debía gritar.

Miro hacia la cuna del bebé.

Tenía ya 6 meses de nacido.

Habían cambiado algunas cosas en el sexo con el, como el que ya no succionaba sus pechos debido a que el bebé lactaba.

Pero del resto ellos hacían el amor cada vez que podían.

Ya que estando lactando no podía embarazarse.

Su esposo la coloco sobre él, y ella sabía que hacer, brincaba rápido hasta lograr que el se viniera dentro de ella.

Bajó hasta su miembro y lo comenzó a lamer y succionar.

El tenía una bella vista de su trasero, la jalo y la colocó en su cara, haciendo un 69.

Hizo que se viniera en su boca, pero no tragó el semen.

Se levantó al baño y lo escupió ahí.

Ya habían hecho el amor cerca de una hora, necesitaba tomar un descanso.

Se baño bien, quitando todo rastro de semen en ella.

Se colocó una bata de baño y salió.

Natsu la esperaba sentado en la cama.

-¿Ya?-

-¿Querías más?-

-Nunca tendre suficiente de ti, lo sabes.-

-¡Oh Natsu! El bebé debe despertar en cualquier momento, espera al menos que vuelva a dormir.-

Soltó una leve carcajada.

Lucy era sin duda la mujer ideal

Se puso de pie desnudo y la beso.

-Te amo. Me haces tan feliz.-

-Tambien te amo Natsu Dragneel, tu me haces feliz a mi.-

Se abrazaron en medio de la habitación oscura con solo la luz tenue de la luna colándose por la ventana.

Tal cual como dijo ella el bebé despertó.

Lucy lo arrullo y lo llevo a su pecho, el lo tomo encantado.

-Sera un varón fuerte y sano.-

Comentó al ver cómo amamantaba.

Lucy sonrió y asintió

Amaba esa escena, ver a su esposa lactar a su primogénito varón.

Decidió tomar una ducha.

Al salir Lucy ya acostaba al bebé, se había dormido de nuevo.

Miro a Natsu salir del baño con la toalla envuelta a su cintura.

Se mordió los labios y frente a él se quitó aquella bata de baño

-¿En donde nos quedamos?-

Sonrió con lujuria. Esa mujer era la diosa de la perversión y le encantaba.

Aprisiono sus labios, la elevó y ella enredo sus piernas, penetrandola al instante, salió un gemido fuerte.

El la nalgueo.

La hizo suya varias veces más, hasta que el sueño los dominó.

Siempre era así.

La hacia suya hasta quedar exhausto y ella le seguía el ritmo.

No había mejor mujer que la que te satisfaga en todos los aspectos, sentimental, física y sexualmente.

La amaba con todo tu ser.

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