s i x

1.5K 104 21
                                    

Bae Soora

Después de esa pequeña conversación con Jimin en la cafetería, planeaba irme a sentar debajo del sauce los últimos 15 minutos de hora libre que quedaban, pero terminé recostada en las gradas de la cancha de básquetbol, junto con el chico que me hacía suspirar. Al final, los planes de sentarme a dormir tranquilamente bajo aquel árbol se fueron por un caño, ya que Jimin insistió en acompañarme a cualquier lado, y eso significaba que si lo llevaba al sauce habría conflicto.

Estaba recostada en la tercera grada de abajo hacia arriba. Jimin se encontraba sentado en la quinta.

Decidí que incrustarme los auriculares a los oídos era la mejor idea para evitar cualquier ruido molesto. Yo dormitaba, mientras que el chico Park pasaba el rato ojeando su celular.

Flightless Bird, American Mouth de Iron&Wine era la canción con la que lograba conciliar el sueño en las noches, cuando no podía dormir; así que no fue una decisión acertada reproducirla estando a punto de caer en los brazos de Morfeo. Ya fue demasiado el orgullo que perdí hace una media, suspirando por Jimin en la sala de danza - gracias al cielo que no se dió cuenta -, y no necesitaba tirar a la basura el poco de éste que me sobraba quedándome dormida frente a sus ojos.

La canción siguió reproduciéndose en bucle por no sé cuanto tiempo. Estuve a punto de caer cuando Jimin me sacudió, sacándome de mi ensoñación.

- Ya tocó el timbre, y no hemos ido por nuestros libros de mate. - Dijo.

Mierda.

Me levanté enseguida, como si tuviera un resorte en el trasero, desconecté los audífonos de mi teléfono y los hice bola - auch - para guardarlos en mi mochila.

Salí corriendo de la cancha y le dije a Jimin que lo vería en el salón.

Ya eran las 10:42 de la mañana y la clase iniciaba a las 10:40. Nos daban cinco minutos de tolerancia antes de iniciar la clase, o sea que si no recogía mis libros y llegaba al salón en menos de tres minutos, estaba muerta.

Coloqué la clave de mi casillero a la velocidad de la luz, tomé mis libros y azoté la puerta para cerrarla. Corrí hasta el aula de matemáticas, y tropecé al frenarme de golpe frente a la puerta del salón. Jimin llegó dos segundos después.

10:47 a.m. Genial, más jodidos no podíamos estar.

Dí tres golpes a la puerta con los nudillos, y segundos después el profesor Yeon apareció. Nos miró escéptico, con las cejas alzadas y los brazos cruzados.

- Señorita Bae y joven Park. - Enunció. - ¿Salieron de paseo, a tomarse un cafecito? ¿O a qué se debe su retraso?

- Lo sentimos, señor Yeon. - Solté con hastío. - Se nos ha pasado la hora, y... - Me interrumpió.

- Eso ya lo sé, señorita Bae.

- De verdad profesor, no queríamos llegar tarde. - Anunció Jimin.

- Les pasaré por alto su falta, pero al final del día ustedes dos se quedarán para hacerme un trabajito. - Nos miró amenazante. - Adelante.

Toda la clase estaba situada en sus pupitres, a excepción de nosotros, claro está. Hoseok, quien también estaba en esta clase con nosotros, me hacía ojitos. Genial.

For You ;; Park Jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora