f i v e

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Bae Soora

Después de leer la carta que Jimin había escrito para mí, saqué una hoja y un sobre para escribir mi respuesta. Guardé la carta que me había enviado en mi mochila, y no dudé ni un segundo en salir corriendo hacia el salón de danza para encontrar a Jinyoung, mi mejor amiga; y a Hoseok, mi mejor amigo.

Se la vivían en la sala de danza improvisada del instituto. No era más que un viejo salón de arte que ya nadie usaba, pero mis amigos no querían salir de ahí y no había poder humano que pudiera sacarlos.

De hecho, abrir ese espacio para los alumnos que contaban con dotes en danza no había sido idea de la escuela. Kang Seungri, un chico de penúltimo grado apasionado por el baile, pidió al conserje que abriera el salón para que él y su grupo de dance cover pudieran ensayar en los recesos. Poco a poco, los alumnos se enteraron y empezaron a pasar sus descansos dentro de la sala de baile. El director, al enterarse, decidió que era buena idea dejar el salón abierto para que los alumnos se despejaran y gastaran su tiempo en otra cosa que no fueran los móviles durante el receso, así que hizo que repararan el aire acondicionado de ese salón y lo dejaba abierto el tiempo que duraba la jornada escolar.

Corrí por los pasillos hasta llegar a la puerta de la sala de danza. Giré el pomo y el frío del aire acondicionado hizo que la gotas de sudor en mi frente desaparecieran.

Don't Wanna Cry de Seventeen era la canción que se escuchaba desde los altavoces. Distinguí a Jinyoung y a Hoseok bailando entre un grupo de seis o siete alumnos.

- ¡Jinyoung! ¡Hoseok! - Los llamé.

Los dos se giraron hacia mí y sonrieron, Jinyoung les hizo una seña a los demás alumnos para que siguieran con la coreografía antes de acercarse a mí.

- Hola, Soo. - Saludó mi amiga. A juzgar por su respiración pesada, estaba exhausta.

- Hola, niña. - Exclamó Hoseok, revolviendo mi cabello. - ¿Qué te trae por aquí? Pareces cansada - Sonrió.

Tomé aire antes de hablar.

- Tengo... Tengo algo... - Balbuceé, agitada. Ellos me miraron con una ceja alzada, divertidos.

Imbéciles. Corrí unos doscientos metros desde el sauce hasta aquí, es lógico que me esté muriendo, no me miren de esa manera.

Jinyoung rió ante mi intento fallido de hablar.

- Respira, Soora. - Me sobaba la espalda mientras reía. - Lo que sea que nos hayas venido a decir, tiene que ser importante para que hayas corrido. A tí nada te hace correr.

- El fin de semana hay un maratón, no tengo a nadie con quién apuntarme. ¿No quieres ir y correr conmigo? Seguro que ganas el primer lugar. - Dijo el mayor, con sorna.

- Uy. - Solté, incorporándome. - Cuidado, Hoseok. Vas matando a personas de la risa, estúpido.

- Al grano, ¿a qué has venido? - Cuestionó Jinyoung.

- Ah, cierto. - Metí la mano en uno de los bolsitos laterales de mi mochila y saqué un sobre gris algo arrugado. Se lo tendí a mi amiga.

Ella analizó el sobre de manera dubitativa, lo abrió y sacó la hoja de papel doblada del interior. Acto seguido se deshizo de los dobleces y Hoseok se le pegó, obviamente para chismorrear.

For You ;; Park Jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora