CUATRO

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—.... Vale chicos, hora de elegir los compañeros de las habitaciones—ha estado dando detalles de todo, ya casi la mitad de los que estamos la dejamos de escuchar hace rato—En cada habitación tiene que haber cuatro personas, ni más ni menos—

—Seño—digo levantando la mano—¿no hay ninguna excepción? <<nada me sale bien>>

—Lo siento señorita Brown, pero no, lo que ya he dicho, de cuatro—y sigue hablando y ya sin escucharla del todo. Solo me llevo bien con Samay para compartir una habitación.
La gente se levanta de sus pupitres hacia la mesa de la profesora para anotar a los integrantes de las habitaciones, mientras que Samay y yo no sabemos que hacer. <<¿porqué es tan complicado que nos dejen juntas? >>
Las personas que estamos presentes no me suelo juntas ni siquiera hablar ;está el grupito de Chloe, las chicas guapas y populares;están las "gamers" <<que no pensé que vendrían>>, hay grupos diferentes cuales no me llevo tampoco ni me integro, no es tan fácil para mi, la mitad del curso anterior me la pasé comiendo todos los días sola hasta que, no se por qué, Samay empezó a hablar conmigo, a interesarse por mi. Supongo que sería lo típico de "voy a hablarle a la nueva", me alegro que se le pasara eso por la cabeza, ahora, es imprescindible en mi vida.

Después de apuntarse varios grupos, quedaban grupos incompletos y ya le dió igual si nos llevaramos bien o no.

—Bueno, como hay grupos incompletos—dice revisando nombre por nombre —diré yo los grupos—<<verás>>—Samay y Abbie... con Alexia y Peyton—ellas son las típicas amantes de los ¿otakus? No se, ami no me gustan, parecen majas,nunca hablo con ellas pero quien sabe. La profesora sigue diciendo grupos hasta que termina y nos vamos del aula.

<<Ahora que lo pienso he dicho mucho típico, parece como si todos tuviéramos una etiqueta en este pequeño mundo >>

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—No tienes de qué preocuparte, te presto todo lo que te haga falta para el viaje —me ofrece Samay. Estamos en su casa, más bien en su cuarto, después de haber ido a comer al MacDonald, nos fuimos a su casa y aquí estamos, en su preciosa y original habitación, sus padres tienen dinero y más habitaciones pero a ella le gustaba mucho el espacio de arriba del todo, tiene otra habitación pero para ella es esta, tiene una alfombra grande que cubre todo el suelo, con un montón de cojines por toda la pared como si fueran un tipo de sofá, justo en frente de esto está su cama con tablas de madera debajo, tiene una gran ventana y en todo el techo toallas muy grandes con estampados muy bonitos sobre las estrellas, es otro mundo. —en mi otro cuarto tengo el armario tocho donde están las cosas de otras temporadas o menos usadas de la que estamos —nos dirigimos a ella y me levanto del comodísimo puf.

—Yo lo dejo en tus manos —digo de broma mientras ella saca chaquetones.

—A ver... este pantalón me queda bien pero tengo dos de distintos colores.... Pruebatelo—dice dándomelo.

Después de bastante rato buscando, probando y seleccionando, su madre amablemente me invita a cenar una deliciosa pasta a la boloñesa<<mi favorita>>, luego me llevan a casa en coche donde mi madre ya está dormida y me voy silenciosamente a la mía, preparándome para dormir pero antes imaginandome un poco como sería el viaje, como si tuviera trece años.

Nieve de invierno [en proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora