chapter fourteen

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Han pasado unas cuántas semanas y Jung Kook esta tan raro, incluso más, que ese día en el que recibió esa llamada tan extraña. Cuando salimos a la calle siempre está observando a todas partes como un paranoico, como si alguien fuera a venir a por nosotros o algo parecido. Pero, ¿Quién querría venir a por nosotros? Que locura. Pero lo que si es verdad es que estos días que a estado raro, a sido muy atento, tanto conmigo como con Eun Jin. Nos trata como si fuéramos de la realeza, y es muchísimo más cariñoso conmigo que nunca antes, ni cuando estábamos juntos.
Estos días también he estado bastante mal, ya que no me puedo quitar la sonrisa, ni su forma actualmente de ser de Jung Kook de mi puta cabeza. Es que parece como si fuera el mismo de antes, pero no me quiero dejar engañar, creo.

Estaba sentada en el sillón individual con mis auriculares puestos leyendo un libro bastante bueno, cuando siento que me tocan el hombro.

–Hannah—me agitó el hombro

Inmediatamente me quité el auricular para prestarle atención a lo que sea que me fuera a decir Jung Kook, pero mi atención se desvío cuando ví su torso desnudo. Dios pero este niño de donde saca tanto abdominal.

–¿Me estás escuchando? —soltó una ligera risa

–¿Eh? Claro que sí—me van a castigar por decir mentiras

–Pues, ¿Qué te parece? —en sus mejillas apareció un rubor bastante fuerte, que mono

–¿Qué me parece?, ¿El qué? —esto me pasa por mirar donde no debo y quedarme atontada

–Que qué te parece pasar el día juntos, pero tú y yo, solos—jugó con sus dedos

–Pero, ¿Y Eun Jin? —pregunté, si me quedo sola con el me puedo hacer ideas que no quisiera tener, o eso creo

–Ya hablé con él y le pareció genial, también esta ya en casa de Kaira, le llevé cuando estabas concentrada en tu libro

–Oh—no esperaba tanta precisión por su parte—Pues, ya que esta todo tan solucionado, ¿por qué no?

–Muy bien, te espero afuera con el coche, nos vemos—y ahí fué donde morí. Me beso la mejilla. ¡Un simple beso en la mejilla provocó un uracán de emociones en mí!

Le ví salir por la puerta principal poniéndose una camiseta negra que no se de donde la sacó. Llevaba unos pantalones negros ajustados como a él le gusta llevar, unas zapatillas blancas y su encanto. Ay Dios mío me estoy volviendo más loca que antes.
Corrí hacia arriba para cambiarme la camiseta de puerca que llevaba encima con una rapidez impresionante. Espera un momento, Hannah, tranquilizate ¡Madre mía parezco una quinceañera hormonada!
Me cambié por una camiseta con encajitos negros y de lo deprisa que fuí parecía que me había teletransportado, era como Son Goku. Cogí las llaves, me peiné un poco delante de la puerta para luego abrir esta y verle a el apoyado en el coche, dios mio perdona todos mis pensamientos impuros.

–Que hermosa vas Hannah—se acercó a mi y me retiró un mechón de pelo que tenía en medio de mi cara

–Pero si estoy igual que antes, no digas tonterías—sentía mis mejillas arder más que nunca. Esto lo he sentido antes, pero, ahora es mucho más intenso que antes

–¿Preparada? —No

–Si—puta consciencia

Me tomó del brazo para llevarme a la puerta del coche y abrirme esta con una caballerosidad que él nunca había tenido

La tarde se me hizo demasiado corta. Entre charlas de qué habíamos hecho con nuestras vidas todo este tiempo, que pensamos hacer en el futuro, lo maravilloso que es nuestro hijo. También me contó que lo había dejado hace tiempo con la tipa esa y ya no le interesaba ninguna chica, bueno, solo una, pero no me quiso decir su nombre. Puto.

Ahora nos encontrábamos sentados en un banco. No estaba incómoda pero si estaba bastante nerviosa, vete a saber tu porque.

–Oye Hannah... —comenzó a hablar Jung Kook

–Dime—le observé, se veía intranquilo

–Necesito decirte esto—me miró fijamente a los ojos

–Adelante—agaché la mirada hacia el suelo lleno de cáscaras de pipas

–Lo siento, lo siento mucho—espera... ¿Qué?, ¿Jeon Jung Kook disculpándose? Alguien debió de echarme algo en la bebida

–¿Por qué? —le miré sorprendida

–Por todo, por todo lo que te hice pasar desde que nos casamos hasta el día de hoy, los cuernos, mi actitud machista, todo eso.

Me quedé sin palabras, nunca pensé que se disculparía, que solo lo iba a dejar pasar como siempre hacia

–Yo creía que ya no estaba enamorado de ti y en vez de hablar contigo, preferí irme con otra para ver si sentía o no lo mismo que cuando éramos novios, y aunque lo seguía sintiendo, preferí engañarme a mi mismo y no entiendo todavía el porqué. Antes me metía cocaína, gracias a dios que no me dio tanto y pude pasar el mono sin agarrancarme los pelos, y ya no lo necesito para vivir. También te quiero pedir disculpas por mi actitud violenta y posesiva, te juro que estoy intentando cambiar ese aspecto de mi porque no me gusta nada tratar a las personas que quiero así. Simplemente lo siento Hannah, y espero que me perdones y me puedas dar una oportunidad, aunque sea como amigos.

Al terminar su relato, él estaba llorando y yo también. Remover las cosas del pasado dolía todavía, aunque más o menos las haya superado. No debería perdonarlo pero algo dentro de mi me dice que le de otra oportunidad, una solo oportunidad para demostrar si de verdad puede cambiar o sino pegarle con la puerta en las narices y no saber más nunca de él.

–Di algo por favor—me miró suplicante

–Una oportunidad—respondí

–¿Qué? —sus ojos se abrieron

–Una sola oportunidad, como amigos— no quiero adelantar acontecimientos, apenas y le acabo de perdonar todos los años de sufrimiento

–Muchas gracias Hannah—me abrazó fuertemente, mientras que en mi hombro dejaba unas cuantas lágrimas seguidas de algún que otro sollozo

–Tranquilo, no llores, cuando estés conforme contigo mismo, entonces llora de felicidad, llora por haber conseguido eso—le dí palmaditas en la espalda como a un bebé—¿Vamos a por Eun? Debe de echarnos de menos

–Si, esta bien—se separó de mi quitandose el resto de lágrimas que tenía en sus mejillas—oye

–uhm—le miré mientras me levantaba

—Si soy capaz de cambiar, ¿me darías otra oportunidad? —woah esa no me la esperaba

–Si mis sentimientos por ti volvieran a ser tan fuertes como antes, si, mientras tanto eres mi amigo y el padre de mi hijo—apoyé mi mano en su hombro durante escasos segundos—¿Vamos?

–Si, vamos














Corto, si, zorri pero mi inspiración hizo pa pum.
Pronto habrá más cosikas bonikas adiooooooooooo uwu.

𝘚𝘵𝘶𝘱𝘪𝘥;: ʝʝƙDonde viven las historias. Descúbrelo ahora