SCOTT JOHNSON.

540 16 3
                                    


El camino a casa transcurre en silencio, pero a decir verdad, es un silencio cómodo.

Yo aun sigo pensando en las sensaciones que me produce el tacto de Scott. No sé qué me está pasando, pero cuando Pablo ha insinuado que Scott y yo somos algo más que amigos algo dentro de mi se ha removido.

Aaggh, esa es la misma sensación que sentí cuando ayer Pablo entró en mi habitación para decirme que "iba a ser suya".

Eso significa que los dos te atraen como algo más que amigos...

¿¡Qué!? Ufff, no. Cállate, subconsciente. No sabes nada.

Somos la misma persona, por lo que yo se lo mismo que tú.

Aaagh te odio.

-Andrea. - dice Scott sacándome de mis pensamientos. No me he dado cuenta de que ya hemos llegado.

Dejo mis pensamientos a un lado y me concentro en la escena que hay delante de mi. Su rostro está a escasos centímetros del mío, lo cual hace que yo me ponga nerviosa. ¿¡Por qué me vienen ahora los nervios!?

-¿Qué pa-pasa Scott? - tartamudeo como una tonta. Me pego mentalmente por ser tan inoportuna.

-Ya hemos llegado. - dice clavando sus ojos verdes en mis ojos marrones verdosos.

-Vale. - abro la puerta y me bajo del coche sin mirar atrás. Cuando estoy llegando a la puerta noto unos pasos detrás mío.

-Creo que te olvidas esto. - dice Scott detrás mío. Me giro y lo veo con mi móvil en su mano derecha.

-Oh, gracias. - le sonrío tímida y cojo rápidamente el móvil. Meto las manos en mis bolsillos buscando las llaves de casa, pero no las encuentro. Mierda, mis llaves las he dejado en mi cuarto, y Reese es la única que tiene llaves.

-¿Qué pasa? - me pregunta Scott con el ceño fruncido.

-Puede... - me aclaro la garganta. - Puede que no tenga las llaves para entrar a casa. - le sonrío inocentemente.

-¿Y dónde te vas a quedar? - me pregunta Scott.

-Pues... no sé. - le respondo sincera y me encojo de hombros. - Esperaré aquí a sentado a los chicos. - señalo la puerta.

-¡No! - grita Scott preocupado. - Digo... - carraspea. - No, tranquila. Te puedes quedar esta noche en mi casa. Te dejare ropa para que te puedas cambiar. - agacha la cabeza y se rasca la nuca. ESTA NERVIOSO.

Nunca me había imaginado a Scott Johnson nervioso. Aww, que tierno.

Espera, espera, espera. ¿¡YO HE DICHO TIERNO!?

-¿Qué me dices? ¿Te quedas? - dice Scott aún más nervioso por no obtener una respuesta.

-Umm...Si, voy contigo. - sonrío y el levanta la cabeza y se le forma una sonrisa de alivio. QUE SONRISA MÁS BONITA.

-Genial. - me da un beso en la mejilla y yo me quedo paralizada ante su acto. Se da la vuelta y camina hacia su coche.

$ $ $

Abro los ojos pesadamente porque noto que alguien me está zarandeando suavemente.

-Andrea, ya hemos llegado. - me susurra Scott.

Nos bajamos del coche y saca las llaves de ¿un apartamento? ¿Pero el no vivía en la mansión dónde hizo la fiesta?

-Scott. - le llamo antes de que él pueda abrir la puerta. Se gira y me mira con una ceja alzada para que siga hablando. - ¿Tu no vivías en esa mansión tan grande? - le pregunto finalmente y él suelta una carcajada seca.

-No. Ahí viven mis padres, y yo vivo aquí. - hace un pausa. - No vivo solo, vivo con Ryan y los chicos.

-Ah. - Es lo único que consigo articular. Mi lado curioso me dice que pregunte el porque vive aquí teniendo esa mansión tan grande, pero creo que si no me lo ha contado es porque es algo personal así que decido callarme.

Pasamos por una sala bastante grande y me hace un gesto con la mano para que le siga. Nos adentramos en una habitación grande y saca ropa de un cajón.

-Toma. - me tiende una camiseta y la cojo. Instintivamente me la acerco a la nariz y la huelo. Dios, que bien huele. Scott suelta una carcajada y me aparto rápidamente la camiseta negra de la cara y me sonrojo. - ¿Huele bien? - su boca se curva en una sonrisa burlona.

-Si, huele genial. - le digo firme, intentando tapar mi vergüenza. Suelta otra carcajada pequeña y niega con la cabeza.

Se quita el pantalón y la camiseta. Le escaneo de pies a cabeza y me quedo embobada mirando su torso, sus brazos, y sus tatuajes. DIOS.

-¿Te importa si duermo en bóxers? - levanta la vista y se choca con mis ojos. Mierda, me ha pillado mirándole.

-Emm... - me pego mentalmente por ser así de tonta. - No, tranquilo. No me importa. - sonrío con nerviosismo.

Me voy al pequeño baño que hay en su habitación y me pongo su camiseta. No me ha dado pantalones, pero supongo que será porque el sabe que su camiseta me llega hasta los muslos.

Salgo del baño y veo a Scott tirado en la cama mirando en mi dirección. Me sonríe y yo le devuelvo el gesto. Pega unas palmaditas a la cama, lo cual significa que quiere que vaya para allá.

Me cojo de los bordes de la camiseta y me la bajo, ya que voy en tanga y no quiero que se me vea el culo. Me tumbo en la cama dándole la espalda a Scott. Él apaga la luz y me abraza. Intento zafarme un poco de su agarre pero lo único que consigo es que me abrace más fuerte y que me pegue más a su cuerpo, haciendo que su miembro choque con mi culo. Acto seguido entrelaza sus piernas con las mías.

Mierda, ¿cuánto calor hace ahora, no? ¿Vosotros no notáis el cambio de temperatura?

Se acerca tanto a mi que puedo notar su respiración en mi nuca. Planta un sonoro beso en mi mejilla y la temperatura aumenta mucho más.

-Andrea, te odio. - hace una pausa y yo me congelo. - Te odio por hacerme sentir todo lo que siento cuando estoy cerca tuyo. Te odio porque tienes una sonrisa preciosa. Te odio porque eres una cabezona. Te odio porque eres muy orgullosa. Te odio porque siempre que te veo mi corazón se acelera. - me vuelve a dar otro beso en la mejilla.

Dios, estoy muy nerviosa. Yo no quiero sentir todo esto por él. La última vez que lo sentí acabé con el corazón partido y por eso ahora soy la persona que soy.

Cierro los ojos y rápidamente caigo en los brazos de Morfeo.

FIGHT LIKE A GIRLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora