EMPEZAMOS BIEN...

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Después de bajar del avión, me fui con mi familia de acogida a mi nueva casa.

Estoy repasando en mi mente todo lo que pasó ayer, cuando de repente suena la alarma.Me levanto de la cama y me voy a duchar.

Tengo que admitir que yo nunca me había duchado por la mañana, siempre me había duchado por la noche.

Me voy a mi armario, que por cierto es bastante grande. En realidad no me sorprende, ya que la casa es gigante. Se nota que esta familia maneja dinero.

Cojo unos pantalones negros vaqueros anchos y rasgados por varias partes, una sudadera Adidas negra con una tira azul y otra roja en cada manga, por debajo de la sudadera una camiseta de tirantes blancas con bastante escote y unas Nike Air Force 1.

En cuanto bajo a la cocina me encuentro algo que me deja sorprendida. La gran mesa de la cocina está repleta de comida. Reese está sentada al lado izquierdo. En cuanto me ve me sonríe de forma amable y me indica que me siente al lado de ella.

Reese es la hija de los que me han prestado su casa para vivir durante unos meses. Es rubia con el pelo liso, tiene ojos color miel, mide más o menos lo mismo que yo, no tiene muchas curvas, juega a voleibol, y es una chica "popular".

Termino de bajar las escaleras y me siento al lado suyo.

Digamos que sus padres casi nunca están en casa. Los dos tienen mucho trabajo, así que Reese y yo vamos a estar mucho tiempo solas.

-Buenos días. - me sonríe.

Reese es maja, pero a primera vista me parece una chica bastante finolis. Tiene pinta de que es la típica niña que llora si se le rompe una uña. Espero equivocarme.

-Buenos días. - la digo devolviéndole la sonrisa.

-¿Nerviosa por tu primer día? - me pregunta con entusiasmo.

-La verdad es que no. - la digo sincera. - A mi nunca me han causado nerviosismo este tipo de cosas. Soy bastante abierta a la personas.

-Genial, porque hoy te voy a presentar a mis amigos. - me dice ilusionada. - No te asustes por los chicos, a veces son un poco raros. - hace una mueca de disgusto, pero luego ríe.

Terminamos de desayunar.

En cuanto salimos por la puerta de casa veo que un chofer nos está esperando.

Entramos al coche y nos dirigimos al instituto. En cuanto el chofer aparca delante del gran edificio yo suelto un suspiro que hace que Reese voltee la cabeza hacia mi.

-Tranquila Andrea. Nadie te va a comer. - me dice con tranquilidad.

-Eso espero... - murmuro, ella ríe por mi comentario.

En cuanto salimos del coche las miradas se posan en nosotras. Dios, tengo que admitir que estoy un poco nerviosa. ¿Que me está pasando? Yo nunca he tenido nervios por este tipo de cosas.

Veo que Reese se dirige hacia un grupo de chicos y chicas así que yo la sigo.

En cuanto llegamos todos me observan como si fuese un bicho raro. ¿¡QUIÉN SE CREEN QUE SON PARA MIRARME ASÍ!?

Bueno, en realidad yo les estoy mirando peor. Son típicos chicos pijos. Uf, que asco. Me dan nauseas solo de ver como la morena que está en frente mío se mira en un espejo pequeño que tiene en su mano izquierda.

-¿Y quien eres tú? - me pregunta una chica pelirroja.

-Ella es Andrea. Es la chica que os dije que iba a venir de España a Chicago ha pasar unos meses. - les explica Reese.

-Oh, genial. Otra putita. - dice la morena.

-Bueno, al menos yo puedo fardar de tetas naturales. En cambio tu no. Las tienes tan operadas que parece que las llevas de corbata. - la espeto molesta.

Los chicos del grupo sueltan un "uuh" mientras que las chicas me fulminan con la mirada. La morena va a decir algo pero no la dejo hablar, ya que me giro y me adentro en el edificio en busca de la secretaría.

Conecto los cascos a mi iPhone y me meto en Spotify. Pongo mi playlist (me suele gustar más el rap) y suena la canción Se Desespera de Kvndy Swing.

FIGHT LIKE A GIRLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora