▍ ੈ✩· 𝓖𝙾𝙳𝙳𝙴𝚂𝚂 ,
➴ Para Harmony el ser una 𝒅𝒊𝒐𝒔𝒂
significaba ser 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍, a compa-
ración del resto de los 𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔
del reino de Auradon.
"Vengo de una familia de dioses,
mis dos padres lo son. Soy perfecta
de pies...
CONTINUABA METIENDO CON brusquedadsu ropa y demás pertenencias a la bolsa negra.
Estaba demasiado molesta ¿cómo se le ocurría a Maléfica enviarla a aquel internado tan fino? Ella no pertenecía a ese lugar, su hogar era en la terrible Isla de los Perdidos y la prefería sobre cualquier reino colorido y refinado.
Pero todo sea por complacer a mamá. Pensó la pelimorada. Ella tiene un plan, y esa será nuestra salvación.
Aunque realmente hubiera preferido que enviaran a Hardin, el cual seguía molesto por no haber sido seleccionado por su "madre". El chico había crecido toda su vida creyendo que Maléfica era su progenitora, pero Mal sabía la verdad.
Él es un chico de Auradon, no pertenece aquí.
—Hey, dragoncita —Mal rodó los ojos al oír la voz de su hermano mayor.
O más bien... medio-hermano mayor, aunque solo por un par de meses.
—Vas retrasada, todos te esperan abajo listos para verte partir, mi princesita de las tinieblas.
Sin tener que verlo, supo que él hizo una reverencia a modo de burla.
Mal sonrió con autosuficiencia mientras se ponía su mochila sobre los hombros y tomaba sus bolsas para seguidamente darse la vuelta.
—¿Vas a extrañarme? Oh claro que lo harás —se acercó a él entregándole sus pertenencias.
—Más disfrutaré verte fracasar en tu misión cuando caigas por alguno de esos principitos de Auradon, hermanita —remató Hardin con una sonrisa malvada, y sus ojos brillaron en un potente color ámbar.
—¿Es una apuesta? —los ojos de Mal brillaron de igual forma en un bello verde. El peliazul rió.
—Dalo por hecho.
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