Invitada.

137 20 17
                                    

Afuera azotaba fuerte el viento. Podía escucharlo entre sueños. Le generaba esa sensación de intranquilidad y le parecía que otros sonidos mezclados venían con el viento. Susurros... Querían decirle algo. Su nombre...

-Fluttershy...

Un llamado. Alguien la estaba llamando. Se removió en la cama inquieta, deseando saber quién la llamaba y por qué, preguntándose si había algo pendiente. Entonces algo le cruzó por la mente: una respuesta a su pregunta.

-Mi ángel...

Con dificultad se levantó de la cama. Caminó hacia las escaleras dando tumbos y chocando de vez en cuando con las cosas. Finalmente bajó, en dirección a la amplia ventana de dónde provenía la voz.

-Fluttershy...

Era un susurro, uno dulce. Pero no podía acercarse más porque ahí estaba el mostrador de vestidos. Solo pudo detenerse frente a la ventana, mientras una mano, del otro lado, se extendía para tocar el cristal con los dedos.

-¿Fluttershy? -la voz adormilada de Rarity le dio fin a eso-. Fluttershy, ¿qué haces?

-Me llama... -contestó entre sueños.

Rarity colocó sus manos sobre sus hombros, y con ello la otra mano desapareció.

-Oh... Fluttershy, no puedes estar aquí abajo -dijo cuando notó que seguía dormida-. Hace mucho frío. Vuelve a la cama...

-Pero me llama... Está llamándome...

-¿Quién? -preguntó desconcertada.

-Mi ángel... Vino a cuidarme.

-¡Ouh, Fluttershy! -exclamó-. Estás soñando. Volverás a la cama y no va a discutirse.

Llevándola del brazo, la hizo llegar hasta su cama. Hizo que se acostara y la cubrió con las sábanas. Una vez ahí, Fluttershy soltó un suspiro de alivio, como si de pronto se hubiera olvidado de todo aquello.

Rarity, como si quisiera sacudir todas esas ideas definitivamente, le revolvió el cabello y luego le besó la frente.

-Descansa, querida.

...

A la mañana siguiente, una voz de ánimo completamente diferente la despertó.

-¡Fluttershy, despierta!

-Umm... -se quejó. Tenía mucho sueño.

-¡Fluttershy, levántate! ¡Es importante!

-¿Qué? -se quejó de nuevo. Deseaba que bajara la voz.

-¡El juez!

-¡¿Qué?!

Se levantó de golpe y se pegó a la ventana.

-¿Dónde? ¿Está abajo? -preguntó alarmada. Rainbow se echó a reír-. ¿Qué es tan divertido?

Ya sospechaba de qué se trataba.

-Apúrate, Flutters, necesito tu ayuda para arreglar algo.

-¡No es divertido, Rainbow!

Su broma en verdad la había hecho enojar. No era cosa de risa. Sin embargo, no tardó demasiado en arreglarse e ir para allá. Y ahí estaba, enfrente de la boutique, con Rainbow, para pasarle las cosas que necesitara para reparar la lámpara de enfrente y limpiar las letras negras del nombre del negocio, mientras Rarity despachaba adentro.

Rarity le había diseñado a Rainbow un pantalón, que no era "horrible" como los demás, en opinión de la mayor, y en esos momentos, Rainbow estaba en lo alto de la escalera, trabajando en esas tareas, mientras Fluttershy aprovechaba para lavar la amplia ventana. En realidad, le parecía que la mañana soleada era agradable.

El fantasma Discord de París.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora