ℙℝ𝔼𝔾ℕ𝔸ℕ𝕋 [ℍ𝕆ℙ𝔼𝕍]

01👶

Hoseok llegó al pequeño departamento que compartía con su pareja, agitado de haber corrido tanto. Había sentido unas horas antes como su omega lo llamaba a lo cual, no tardó en apresurarse a llegar con él.

—Taehyungie —dijo, a lo que no hubo respuesta.— Cariño, ¿dónde estás?

Un sollozo lastimero, el cual le recordó al de un cachorro herido, alcanzó a oírse. Hoseok supo al instante que se trataba de su pareja, así que corrió hacia donde su conocido olor—una suave mezcla de durazno y limón —provenía. Este lo llevó al baño que estaba cerrado con seguro.

—¿Tae, estás bien? —Tocó la puerta suavemente, mientras el leve llanto seguía escuchándose. —Amor, abreme. No quiero usar la voz de mando contra ti.

Su pareja pareció reaccionar a su advertencia, pues unos momentos después un adorable omega con sus rosados labios abultados y los ojos llorosos, apareció detrás de la puerta del baño, ahora abierta.

—¿Por qué lloras? —dijo preocupado.

—Oh, Hobi —Abrazo al alfa, rodeando su cuello con sus brazos—, no me vayas a dejar.

—¿Por qué lo haría?

Taehyung solto tímidamente al alfa, y entró al baño de nuevo. Unos segundos después él había vuelto pero con un pequeño objeto de plástico entre sus manos. Hoseok lo tomó para verlo mejor y sintió que su corazón se detenía en ese instante.

Era un test de embarazo.

Positivo.

—Taehyungie, cariño —dijo sonriendo y con los ojos cristalizados. —No pensé...

—L-lo lamento —dijo el omega, con la voz rota.—Sé que no querías ser padre aún y… Y que probablemente después... Después de esto ro-rompas nuestro lazo… Y-y…

De tantas lágrimas Taehyung no podía continuar. Hoseok lo atrajo hacia él para que hundiera la cabeza en su cuello y aspirara su olor para calmarse. Poco le importo si las lágrimas y mocos del menor manchaban su ropa.

—Hey, no voy a romper nuestro lazo, ¿ok? —se apresuró a decir, abrazando al omega por la cintura. —Solo estoy… algo sorprendido… y muy emocionado también.

—¿No me dejarás? —preguntó Taehyung sacando la cabeza de la cuvartura de su cuello y mirándolo con sus ojitos llorosos.

—Claro que no, cariño —Una de sus manos lo sostuvo de la cintura mientras que la otra acariciaba su aún plano vientre.— Ni a ti, ni a nuestro cachorro.