|Capitulo 3: Oliver|

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La música se reproducía por su celular mientras que este disfrutaba de la melodía a través de sus audífonos, su pie iba de arriba abajo al compás de la música, al igual que sus dedos, los cuales producían un sonido al chocar contra el escritorio de forma repetida. El chico revisaba por última vez las hojas que tenía en las manos en busca de algún tipo de equivocación, pues acababa de terminar la tarea.

T/n: ¡Oliver!, ¡el desayuno está listo! —escucho a su madre gritar desde las escaleras del primer piso

El joven muchacho quito uno de sus audífonos para escucharla, soltando un gran suspiro de frustración, azoto su lápiz contra la mesa para levantarse de su asiento y guardar su tarea dentro de su mochila. Pausó la canción y tomó su chaqueta antes de salía de su habitación.

Oliver: buenos días mamá —saludo entrando a la cocina, mientras dejaba sus cosas alado de donde se iba a sentar

T/n: buenos días Oliver, ¿terminaste tu tarea? —pregunto la madre, sirviendo el desayuno de forma apresurada

Oliver: estaba en eso —respondió de manera simple

T/n: aquí tienes Oliver

Oliver: gracias —tomo un tenedor que se encontraba alado de su plato

T/n: creo que aún queda un poco de leche en la nevera, recuerda que no puedes tomar café, ah y la mermelada está en la alacena —dijo la mujer colocándose su abrigo

Oliver: ¿no vas a desayunar? —cuestiono el de ojos grisáceos mirando como su madre se preparaba para el trabajo

T/n: no, lo siento, el jefe me llamo para decirme que necesitaba que llegara temprano  al trabajo —explico la madre colocándose un bolso sobre su hombro

La madre miro como su hijo volteaba el rostro con una cara de molestia y seriedad

T/n: si quieres te puedo llevar a la escuela, así te ahorras el camino

Oliver: no, estoy bien, me gusta caminar —respondió sin dirigirle la mirada

T/n: entiendo, solo ten cuidado —dijo de manera preocupada mientras se acercaba a su hijo

Oliver: tú también ten cuidado mamá —respondió recibiendo un abrazo de su madre y un beso en la frente

T/n: te amo hijo —dijo saliendo de la cocina

El de cabellera negra miro como su madre salía con prisa de la casa, antes de quedarse solo, dio un gran suspiro bajando la cabeza y soltó el tenedor que resonó contra el plato. Paso sus manos sobre su rostro y se levantó de su asiento para lavar lo que había utilizo para desayunar.

(...)

El joven peli-negro caminaba con serenidad por las calles de su vecindario; mientras continuaba caminando se percató de cómo alguien se acercaba a paso velos a él, al pensar en quien podría ser dio una sonrisa de lado.

Alan: ¡hey! Oliver

Oliver: buenos días Alan —dijo dándole una sonrisa tranquila

Alan: ah sí, buen día, oye ¿hiciste la tarea de hoy? —pregunto intentando meter unas cuantas hojas en su mochila, la cual caía por su hombro

Oliver: ¿Cuál? ¿la del profesor Roberts o la maestra Williams?

Alan: ¿había de la maestra Williams?

Oliver: si, era solo investigar y hacer un escrito

Alan: maldición, no lo sabía —se reclamó a él mismo mientras masajeaba el puente de su nariz— préstame tus apuntes

La Esposa De L (L y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora