Tres

1.1K 148 259
                                        

Emma con 12 años

Papá y papá Dani cumplían hoy cuatro años de casados y decidieron que sería buena idea si lo celebrábamos todos juntos cenando en un restaurante, con mamá y papá Carlos también.

Amé la idea desde un principio.

Yo tenía una familia un poco grande, cosa que amaba, y amaba también que nos juntáramos los cinco. No podía quejarme, en realidad solíamos juntarnos mucho. Tenía tanta suerte de que mis tres papás y mamá se lleven tan bien. Celebrábamos todos los cumpleaños juntos (no eran pocos), los festivos y las fechas importantes como la de hoy.

Mamá me había dicho que no me pusiera triste si papá y papá Dani preferían pasar el día de hoy solos, me explicó que un aniversario de boda es algo hermoso y que a veces preferían que fuera íntimo. Pero mis papás me habían dicho que lo iban a celebrar conmigo porque también era un día especial para mí, ya que cuando se casaron yo llevé los anillos. A cambio me dijeron que pasarían la noche solos, yo acepté.

Por algún motivo que yo todavía no conocía del todo, los adultos amaban pasar la noche juntos y solos. Yo no era tan tonta como ellos pensaban, había empezado a estudiar la sexualidad en clase y aunque no sabía qué harían exactamente, sí sabía que mis papás amaban dormir juntos. Yo había visto a mis papás dormir juntos y resultaba bastante adorable. Ellos se abrazaban y se besaban hasta quedarse dormidos. Además papá parecía tener un problema con mantener las manos lejos de papá Dani, ya que prácticamente lo acariciaba todo el tiempo.


—Estoy muy contenta —dije sonriendo, todos me miraron con una sonrisa también.

—¿Por qué, princesa?

—Porque ustedes son felices y eso me hace feliz también.


Los cuatro adultos frente a mí sonrieron y me miraron como si yo fuera adorable.


—Tengo algo para ustedes —miré a mi mamá y ella sonrió, sacó mi regalo de su bolso y me lo entregó.


Bajé de la mesa y me acerqué a mis papás. Ellos corrieron sus sillas para darme un lugar y yo me senté sobre el regazo de papá, dejando mi regalo envuelto sobre la mesa.


—¿Qué traes acá, bichito? —dijo papá Dani con amor y yo bufé mirándolo.

—Ya no soy más un bichito —traté de decir seria—. Tengo doce años, ya soy bastante grande, ¿sabes eso?

—Jamás serás bastante grande como para que yo deje de decirte bichito, ¿sabes eso? —tuve la sensación de que papá Dani se reía de mí, pero después dejó un beso en mi cabeza.

—Un día voy a tener más años, voy a tener un novio, ¿vas a seguir diciéndome bichito entonces?

—Por supuesto —respondió con una sonrisa y yo arrugué la nariz.

—¿Podemos abrir nuestro regalo o ustedes van a seguir discutiendo por una causa perdida? —dijo papá divertido— Vos siempre serás nuestro bebé, de los cuatro, no importa qué edad tengas.

—Pero... —traté de decir.

—Sin peros, Emma —intervino de forma suave mamá—. El regalo —me recordó y yo bufé.

—Sí.


Empujé el regalo al centro de la mesa. Las sillas se juntaron y entonces yo estaba entre papá y papá Dani, que rasgaron el papel de envolver.

Emma ↠ WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora