Emma con 20 años
El timbre sonó y yo di un brinco en mi lugar. Salté fuera de la silla y corrí a la puerta antes de que alguno de mis padres pudiera hacerlo. Miré por la mirilla, era Benja. Sujeté el pomo y me volteé hacia ellos antes de abrir.
—¿Pueden ser amables? —supliqué.
Los tres hombres frente a mí me miraron de manera inflexible. Incluso Dani, quien siempre fue mi cómplice y compañero de crimen a pesar de ser mi padre. Lo miré buscando complicidad una vez más, pero esta vez él negó con la cabeza.
Largué un suspiro.
—Por favor —imploré de nuevo—. Si yo pude perdonarle, ¿por qué ustedes no?
—Porque estuviste llorando cada noche por una semana por su culpa cuando pensabas que nadie te escuchaba.
Tragué saliva de forma nerviosa, obvio papá Dani me escuchó llorar por Benjamín.
—Está bien, Benja me metió el cuerno y sufrí un tiempo, pero fue porque estaba muy en pedo.
—No estás arreglando las cosas, Emma —dijo mi padre con voz dura.
—Lo que digo es que él no es así, él me ama sinceramente —traté de explicar—. Jamás me haría algo así.
—Salvo porque lo hizo —acotó Carlos.
—Por favor —miré a mi madre con ojos vidriosos—, mamá —supliqué y ella suspiró.
—Lo siento, Em. Por una vez estoy de acuerdo con tus padres.
Mordí mi labio, si no tenía el apoyo de Dani y no tenía el apoyo de mi madre, entonces estaba perdida.
Sequé las lágrimas de mis ojos con furia y me crucé de brazos.
—Ah, pero vos sí le perdonaste a papá que se garche a Dani cuando estaba con vos y acá nadie dijo nada —escupí.
El silencio se hizo denso y tan pronto como dije esas palabras sentí el dolor que estas provocaron en mis padres, en todos ellos.
Miré a Dani, quien dio un paso atrás mirándome. Un doloroso nudo se formó en mi garganta.
—Pa, lo siento —traté de disculparme, pero él negó y volteó para marcharse a la cocina.
—Emma —me retó mi padre y lo miré a él esta vez.
—Lo lamento posta, no quise —las lágrimas cayeron ahora.
Me ignoró también y fue tras su esposo.
Miré a mi madre y a Carlos. Me partió en pedazos la forma en la que mamá me estaba mirando, casi podía apreciar la decepción en sus ojos. Nunca me había mirado así antes, ninguno de ellos. También es cierto que nunca jamás me mandé tan tremenda cagada.
—¿Ma? —dije con voz temblorosa.
—Vos jamás te comportaste así, Emma —su voz estaba igual que la mía.
—Te juro que no quise.
—¿Viste por qué Benjamín no es bienvenido acá? —interrumpió Carlos, así que lo miré— Vos no sos así, él saca lo peor de vos.

ESTÁS LEYENDO
Emma ↠ Wosani
أدب الهواةSecuela de Okupa "Siempre tuve una mamá y dos papás, después llegó papá Carlos." ↠Intento de lenguaje argentino. ↠No se aceptan copias ni adaptaciones.