Emma con 16 años
—Duele como la mierda —me quejé tocando el reciente piercing de mi ceja, desde que tengo memoria me lo quería hacer porque mi viejo tenía uno igual.
Papá se rió y yo lo miré levantando una ceja, no la del piercing obviamente, esa estaba prácticamente dormida de anestesia y de todos modos yo sentía dolor.
—Te jodiste nena, desde que tenés cuatro me rompes las bolas por hacerte el de la ceja —me levantó una ceja igual, pero él sí levantó la del piercing.
—¿Qué forma es esa de hablarle a tu hija? —lo fulminé con la mirada y él se rió.
En cuanto llegamos al departamento de mis viejos fui a buscar hielo para ponerme. El dolor se sentía horrible, pero valía la pena porque me veía re fachera con el piercing en la misma ceja que mi viejo.
Mi padre se acostó en el sofá y se quedó dormido al toque, yo solía joderlo diciéndole que se hacía viejo mientras que Dani se mantenía joven. Sabía que eso lo molestaba aunque era solo un año y medo mayor.
Papá Dani fue a hacer trabajo escrito a su pieza y yo me quedé en la mía mandándole mensajes a mis amigas y a Benjamín, mostrándoles el piercing nuevo.
Me levanté y fui a la pieza de mis padres donde sabía que se encontraba Dani. Toqué la puerta y abrí tras escuchar un "adelante".
Asomé la cabeza dentro.
—Pa, muero de lija —le hice un puchero y él se rió.
—Termino esta receta escrita y merendamos juntos, ¿sí? —propuso y yo asentí.
Me quedé otro poco en la puerta y mi padre volvió a concentrarse en su trabajo.
Tomé aire y me mordí el labio.
—Papá —lo llamé y él levantó la vista de la notebook—. ¿Puedo molestarte un momento?
—Por supuesto, bichito —me dedicó una sonrisa, así que entré en la pieza y cerré la puerta detrás de mí—. ¿Qué sucede?
—Quiero contarte algo —me acerqué y me subí a la cama con él, cruzándome de piernas sobre el colchón.
Cerro la notebook y la dejó a un lado.
—Tenés toda mi atención.
Sonreí un poquito y asentí. Mi padre Daniel siempre me daba toda su atención realmente cuando yo le explicaba algo. Yo los amaba a todos, pero con Dani siempre tuve una conexión especial, desde que era muy pequeña. Yo siempre le contaba todo primero y él siempre me escuchaba, sus consejos eran los mejores. A veces incluso mejores que los de mamá.
—Hay algo que quiero decirte, pero no me animo —me mordí el labio.
—Emma, sabes que podes decirme lo que sea, cielo —dijo con voz suave y pausada.
Yo asentí, pero de todos modos me mantuve en silencio otro largo rato.
Él siempre era paciente conmigo, no me presionaba para hablar cuando las palabras no me salían, capaz por eso yo siempre recurría a él primero.

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Emma ↠ Wosani
Fiksi PenggemarSecuela de Okupa "Siempre tuve una mamá y dos papás, después llegó papá Carlos." ↠Intento de lenguaje argentino. ↠No se aceptan copias ni adaptaciones.