Capítulo 17: Planes

281 45 9
                                    

Un año después.


-Adelante, tomen asiento por favor.


Lúgubre, la atmosfera ya se tornaba oscura, había pasado un año ya, y su corazón parecía haber muerto, junto al brillo de sus ojos.

Había pasado tanto tiempo encerrado en aquellas cuatro paredes, lamentándose todos los días, pensando en dejarse morir, y sin embargo una amenaza bien dicha había sido capaz de cambiarlo todo, tuvo que salir, por primera vez en tantos meses, y ya casi ni reconocía a las personas que tanto lo ayudaron, Shisui, Yahiko, Rin, incluso Konan, incluso su recuerdo ahora era difuso, y a pesar de que esta le enviaba una sonrisa desde la distancia Deidara no era capaz de corresponderla, pero sus ojos si viajan a la hermosa criaturita que ella tenía en sus brazos y el cual dormía apaciblemente, con el cabello espeso y en un tono rojizo oscuro, el rubio se preguntaba de qué color serían los ojos de aquel ángel.


Ya era mucho tiempo y por primera vez en toda su vida, supo lo que planeaba Orochimaru, siempre fue un idiota por no darse de cuenta del odio inmenso que este le guardaba al amor de su vida, ahora sabía perfectamente lo que tenía que hacer.


Sentaba en aquella cómoda silla con la vista algo perdida hacia el frente, escuchaba apenas en susurro la voz del albacea, si, por eso estaba allí, porque en ese testamento que estaba a punto de ser leído, todo quedaba en sus manos, todos los bienes de Itachi y su fortuna pasaban a pertenecerle a él, y a pesar de eso, él no quería nada, porque nunca se lo mereció.


Pero la pregunta era fácil ¿Por qué no decir que no? Pues él no podía, no por la seguridad de todos aquellos a los que aun quería, no, no lo haría por Konan. Ya había intentado negarse pero…


˂˂Si te niegas o haces alguna estupidez, ten en cuenta que será tu culpa si encuentran el cadáver de cierta mujer en la autopista˃˃


¿Cómo negarse ante aquella amenaza? El ya no quería que nadie muriera por su culpa, cumpliría con lo que ya se había pautado y si todo salía bien, y nadie se quejaba, el pronto desaparecería también.


-…Estipulo que toda mi fortuna y mis bienes pasen a ser propiedad de Deidara, espero que nadie se moleste con mi decisión, sino es más, espero que estén de acuerdo, las personas que estuvieron a mi lado, saben más que nadie, cuanto ame a esa persona, y cuanto de mi corazón tenia Deidara…


No podía seguir escuchando, no falsas promesas que sabía que Itachi no había escrito, porque sabía que Itachi jamás dejaría de lado a las personas que estuvieron con él toda su vida.


Lagrimas recorrieron sus mejillas, le dolía tanto el corazón ¿Itachi algún día podrás perdonarme por tantos engaños y mentiras?

________________________________


-Dei – escucho que alguien le llamaba.

No quería girar pero, su cuerpo no lo evito.

-Hace mucho que no te veía – le aseguro la hermosa mujer de cabellos purpuras – has crecido.

-Gracias – dijo forzando una sonrisa – sí, hace mucho ya ¿es tu bebe?

-Sí, pronto cumplirá un año – hablo sonriente.

-Qué bueno, es un niño hermoso, se parece a ti – comento con una pequeña sonrisa.

-¿En verdad? Yo opino que se parece más a Yahiko, incluso tiene el sueño pesado como él – admitió riendo bajito.

-Que bien.

Un silencio se formó entre ambos, haciendo que el ambiente tranquilo se despejara, había tanto que se querían decir, pero ninguno encontraba las palabras correctas.


-¿Qué harás ahora Dei? – pregunto con la mirada perdida hacia algún punto en especifico

-No lo sé – admitió su desconcierto, ya no sabía qué hacer, ni consigo, ni con el peso que cargaba en sus hombros.


Ambos se miraron por unos segundos ¿A dónde se había ido el brillo de aquel hermoso rubio que fue capaz de robarle el corazón a Itachi? Ella ya no lo sabía, pero estaba segura, de que Itachi se lo había llevado consigo.

-Konan, quiero que Shisui y tú se queden con la mansión, por favor cuídenla – le imploro el blondo.

-Pero – ella trago saliva – pensé que te quedarías, tu eres su dueño ahora.

-Konan… - aquello sonó más como una súplica – Yo, no fui capaz de ir a su sepelio…

Las lágrimas se agolparon en los ojos del menor, ¿podría aguantar su corazón?

-… ¿Cómo crees que puedo volver a pisar ese lugar?


Deidara simplemente intentaba secarse las lágrimas con la manga de su americana mientras empezó a caminar buscando irse del lugar.


________________________


Se bajó del auto con algo de inseguridad, nunca había estado en ese lugar, sin embargo, estaba allí por un mensaje, era una especie de café, bastante tranquilo, en ese momento no había casi nadie, suspiro y abrió la puerta adentrándose en el lugar.


-Creo que es aquí – murmuró para sí mismo.


Un ligero temblor se apodero de su cuerpo, lo observo a la distancia en la mesa de una esquina, un movimiento de sus dedos lo invito a acercarse, y sus pies anduvieron con duda hacia el hombre.

-Vamos siéntate, no tengas miedo – escucho aquella masculina voz que le erizó el vello.

El rubio, aunque dudoso tomo asiento al frente del hombre, y ambos pidieron un café, haciendo que pareciera una reunión entre dos compañeros o algo parecido.


-¿Qué quieres de mí? – pregunto Deidara al hombre de lentes frente a él.

-El señor Orochimaru me envió, vine a explicarte el resto del plan – le informo con una sonrisa.

-Ya… ¿Cuánto falta? – pregunto con algo de pesar en sus ojos.

-Oh, no te preocupes – le pidió – ya falta lo más sencillo

-Me tengo que ir ¿cierto? – quiso asegurarse el menor

-Así, es en dos días, en dos días, nos tenemos que ir con el señor Orochimaru – le comunico – aquí está tu pasaporte y los boletos del avión


Deidara tomo aquellas dos cosas que le fueron deslizadas por debajo de la mesa y después de darles un ojo rápido, las guardo en chaqueta.


-Nos iremos los dos a Estados Unidos, allí el señor te estará esperando para empezar su nueva vida – le aseguro con una sonrisa.

-Kabuto, ¿entonces para qué es el segundo boleto? – Pregunto sacando ligeramente el papel de su bolsillo y observando a donde estaba dirigido – Es para Canadá.


Entonces una sonrisa enorme se formó en el rostro del peli-gris.


-Dei, digamos que, tú me ayudaras en algo muy importante – hablo por lo bajo – veras quiero que no abordes el avión a New York, sino que te vayas a Ottawa, ya has estado allí antes, ¿recuerdas?

-Kabuto ¿Qué planeas? – pregunto el rubio dudoso a lo que el mayor solo sonrió.

--------------;;;;;;;;;---------------

Hola!!! Me extrañaron? No. Yo se que no 😔

Espero que hayan disfrutado el cap 🙌 pero no me odien.

Tan solo faltan dos caps más, y el epilogo.

Gracias por leer!!!

Conociendo lo desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora