Capítulo 3: Visita

620 84 5
                                    


Se mantenía registrando algunos papeles con su mirada seria, Shisui permanecía a su lado ayudándole a revisar las deudas y prestamos más recientes, la habitación se mantenía en silencio, solo con los pasos de una de las sirvientas que le servía te a su señor, y se retiraba enseguida, Shisui miraba al frio pelinegro preguntándose porque había aceptado una mascota, él nunca había sido de esos hombres que consiguieran mascotas, era muy seco como para estar con alguien más allá de lo sexual, y dudaba que muchas personas fueran capaces de soportarlo en la cama.

-¿Puedo preguntarle algo? – Dijo Shisui con seriedad

-Adelante – dijo sin dejar de mirar su registro personal en la computadora

-¿Por qué acepto una mascota que no iba a utilizar? – pregunto con seriedad

-Ese hombre no me iba a pagar nunca, lo conozco, es por eso que no tenía más opción – dijo con seriedad – quizás se lo regale a alguien más, no me importa la verdad

-Las personas no son objetos Itachi – dijo algo decepcionado

-Dile eso a quien me lo dio – dijo volviendo al trabajo, en ese momento el teléfono sonó y Shisui atendió

-Bueno, residencia Uchiha ¿Qué se le ofrece? – Dijo escuchando la voz por el teléfono – Señor, es el Señor Hoshigaki

En aquel instante Itachi atendió el teléfono, y luego de responder unas cuantas cosas colgó.

-Shisui dile a Yahiko que vaya al Narita – dijo serio

-¿Al aeropuerto?

-Sí, y que recoja a Kisame

-Entendido – dijo retirándose

Pasaron unas cuantas horas y entre las ordenes a sus sirvientas su invitado llego, ambos se saludaron con un apretón de manos.

-Vaya hace mucho que no te veía, a ti, ni a tus hermosas sirvientas – dijo mirando lascivamente a las muchachas

-Shisui te escoltara hasta tu habitación – dijo con seriedad

-Que lastima – dijo algo decepcionado

Pasaron los minutos y la servidumbre no tardo en poner la mesa, y empezar a servir cada platillo, los dos hombres se sentaron en sus asientos en ese momento Konan se acercó hacia Itachi.

-Discúlpeme señor, ¿le digo a Deidara que baje más tarde? – pregunto al no saber qué hacer

-Dile que baje ahora, mejor dicho no le he visto en todo el día – dijo con seriedad

-Como ordene – dijo ella retirándose a por Deidara mientras las otras sirvientas ponían un plato más

-No me digas ¿tienes otro invitado? – pregunto Kisame

-No, no es un invitado – dijo empezando a comer

Konan camino hasta la habitación la cual se mantenía a oscuras, abrió la puerta y se encontró con Deidara recostado en la cama con una mirada triste.

-Dei – dijo llamando su atención – baja a comer, debes tener hambre, ni siquiera desayunaste

-No tengo hambre – dijo con la cabeza baja

-Por favor, no hagas que el señor Itachi se enoje

Al escuchar aquello Deidara no tuvo más opción que ir a comer algo, al menos esperaba que el día de hoy fuera un poco más útil, quería servirle a su nuevo amo, esa había sido la razón por la que estaba ahí, y al mismo tiempo así haría feliz a Orochimaru, aunque no entendía aun de qué modo, camino en silencio hacia la mesa acompañado de Konan, mas al ver aquel hombre desconocido que compartía mesa con su amo, sintió un escalofrió recorrer todo su cuerpo, su mirada lo había intimidado, lo hacía sentirse sin refugio; inseguro y con miedo, se sentó en la mesa bajando la cabeza para evitar ver al hombre a los ojos.

Conociendo lo desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora