Ｈａｌｏ『KookTae』

27 (I). 『Jugando con fuego』

En el momento siguiente JiHan se dio la vuelta y desapareció de la misma forma en que habíamos venido. Yo estaba clavado en el sitio, con un escalofrío impregnando mi cuerpo. Preguntándome si podía haber escuchado mal la amenaza en las palabras de su despedida. Pero yo sabía que no. Sentí de repente como la noche estaba apretándome hacia abajo, sofocándome. Había dos cosas de las que estaba seguro ahora; en primer lugar, Do JiHan sabía de nosotros; y en segundo, que él era peligroso.

Me di cuenta de que había estado completamente ciego para no verlo antes. Lamentablemente quería ver lo bueno y había ignorado las flagrantes señales de advertencia que me gritaban que me retirara. Ahora esas señales intermitentes eran tan brillantes como las luces de neón.

Alguien me agarró del codo y me quedé sin aliento. Me sentí aliviado de ver que era sólo Jimin.

―¿Qué está pasando? ―exigió―. ¡Nosotros pudimos verlos a través de la ventana! ¿Estás con JiHan? ¿Jungkook y tú están peleados o algo así?

―¡No! ―farfullé―, no estoy con JiHan, ¡por supuesto que no! Él sólo... no sé lo que pasó... me tengo que ir a casa.

―¿Qué? ¿Por qué? No puedes irte. ¿Qué pasa con la fiesta posterior? ― dijo Jimin, pero yo ya había empezado a correr.

Me encontré con Jin y Yoongi sentados en la mesa de los profesores y los aparté―. Tenemos que irnos ―dije, tirando de la manga de Jin.

No estaba seguro si él ya sabía lo que había pasado o si sólo sintió la urgencia de mi voz, pero no hizo ninguna pregunta. Ambos silenciosamente recogieron sus pertenencias, me acompañaron fuera del pabellón y entramos al Jeep. Ellos escucharon sin decir ni una palabra durante el viaje a casa cuando expliqué lo que había pasado con JiHan y repetí sus palabras de despedida.

―No puedo creer que haya sido tan estúpido ―gruñí , poniendo la cabeza entre mis manos―. Debí haberlo notado... Debí haberme dado cuenta.

―Esto no es culpa tuya, Tae ―dijo Jin.

―¿Qué pasa conmigo? ―le contesté―. ¿Por qué no lo sentí? Ustedes sintieron que algo andaba mal, ¿no? lo supieron tan pronto como él puso un pie en nuestra casa.

―Sentimos una energía oscura ―admitió Yoongi.
―¿Por qué no me dijeron algo? ―pregunté―. ¿Por qué no me impidieron ir con él?

―Nosotros no podíamos estar seguros ―continuó ―. Su mente estaba muy protegida, era casi imposible recoger toda la información. Podría haber sido otra cosa, y no quería que te preocuparas por ninguna razón.

―Los humanos con problemas también pueden tener las auras oscuras, ―agregó Jin.
―El resultado de cualquier número de cosas, la tragedia, el pesar, el dolor...

―Y las malas intenciones ―agregué.

―Eso también ―admitió Yoongi―. No queríamos sacar conclusiones, pero si este chico sabe lo que somos entonces hay muchas posibilidades de que él puede ser... bueno, más fuerte que el humano promedio.

―¿Cuánto más fuerte?

―No lo sé ―Yoongi contestó―. A menos que... no creas que Jungkook podría tener... ―se fue apagando.

Dirigí una mirada enfadada en su dirección. ―Jungkook nunca diría a nadie nuestro secreto ―dije―. No puedo creer que pensaras eso. Deberías conocerlo.

―De acuerdo. Digamos que Jungkook no tiene nada que ver con esto, ―dijo Yoongi―. Hay algo antinatural sobre JiHan... puedo sentirlo y por supuesto tú, Taehyung.

─Entonces ¿qué hacemos ahora? ―le pregunté.

―Estos eventos se desarrollarán de forma natural. No hay que precipitarse en nada. Si él es verdaderamente peligroso, se revelará con el tiempo.