Verdades

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Al acabar la fiesta lo primero que hizo Alejandra fue dirigirse al despacho donde estaba segura que se encontraba su padre y al abrir la puerta así fue, se sentó en el sillón frente a su padre esperando a que terminara la conversación que quedó pendiente esta mañana. 

James al ver a su hija frente a él sabía que tenía que contarle sobre la deuda que su padre le había dejado y cuánto hubiese querido él que sea por dinero, pero no fue así, al recibir la carta esa mañana y leerla se dio cuenta que tendría que entregar a su hija a un hombre que ni siquiera conocía, no sabía nada de él por que no era un duque, conde o alguien de la realeza, si no que era un higlander, sabía también que a su hija esta noticia no le agradaría nada y menos enterarse el día de su cumpleaños, ella era la luz de sus ojos, ella siempre fue distinta a las demás señoritas de la realeza, le gustaba cabalgar, luchar, él mismo le enseñó para que pudiera defenderse, sabía que ella no pertenecía a la vida que llevaba en el ducado, pero no por eso la entregaría a alguien que no sabe si la aceptará así como es, lo único que lo reconforta aunque no del todo, es que el matrimonio solo será por un año y un día quizás al acabar la tendrá de vuelta pero mientras tanto en ese transcurso del año no sabrá mucho de ella. 

Alejandra viendo que su papá seguía sin decirle nada decidió hablar.- padre, quisiera que terminaras de decirme lo de esta mañana.

- cuando yo era muy niño, mis padres empezaron a tener problemas, el pensaba que ella lo engañaba con otro hombre pero no era así, él se cegó ya no llegaba a dormir y si lo hacía llegaba borracho, un día vinieron unos hombres todos malolientes, traían a mi padre arrastrándolo estaba golpeado, esos hombres dijeron que mi padre les debía bastante dinero y que si no pagaba en un mes ellos tomarían lo que quisieran del ducado tantos mujeres como dinero, aún así mi padre seguía tomando, mi madre era la que se encargaba de todo, la veía preocupada  todo el tiempo por que no sabía como conseguir ese dinero, hasta que ellos regresaron y se cobraron como dijeron, lo peor de todo fue lo que pasó en el castillos del ducado, ese noche mi padre no estaba como siempre, ellos ingresaron al castillo y nos agarraron, nosotros estábamos en el salón al frente de la chimenea mientras ella me leía un libro, me amarraron a un sillón mientras que a ella la empezaron a besar y tocar- Alejandra no sabía que decir, su padre jamás le había contado eso, al contrario siempre le decía que tenía buenos recuerdos de su niñez- no sabía que hacer, solo gritaba pidiendo que la soltaran pero no había nadie, no entendía por que nadie acudía a mis gritos de ayuda, de tanto escucharme gritar uno de ellos me puso un trapo en la boca, mi madre solo pedía que me llevaran a otro lugar para que yo no viera lo que estaban a punto de hacerle pero ellos solo se reían, yo tuve que ver todo lo que le hacían ella lloraba diciéndome que no viera, que solo cerrara los ojos y que piense en cosas bonitas pero como hacerlo cuando estaban abusando de mi madre, se fueron después de una hora, me desataron a penas estuve libre corrí donde mi madre viendo sangre a su alrededor, no entendía de que era si no la habían cortado en ningún momento, le hablaba y no respondía era como si estuviera muerta en vida, me puse a llorar escuchando unas pisadas entrando al castillo, cuando me fijé mi padre estaba en la puerta borracho pero al vernos se quedó parado sin saber que hacer, se fue acercando poco a poco viendo a su mujer en el suelo desnuda y sangrando lo único que hizo fue gritar pidiendo ayuda, empezaron a venir los empleados que antes no estaban, la cargó y se la llevó a su cuarto, ahí la atendieron, no querían decirme nada, hasta que escuché a mi padre gritar de furia, de dolor, entré al cuarto sin tocar y vi a mi padre llorando y mi madre seguía sin hablar con la mirada perdida, mi padre le juraba que cambiaría, que arreglaría todo pero que ella tenía que mejorar, al día siguiente escuche a unos empleados hablando sobre mi madre así que me escondí tratando de escuchar lo que decían y cuando terminaron de hablar yo no sabía que hacer, lo único que se me ocurrió en ese momento fue correr hacia el despacho de mi padre, entré y lo vi con su guerrero de confianza, me acerqué y le dije que todo esto era su culpa, que si el no hubiera desconfiado desde un principio de ella nada de esto estaría pasando, que por su culpa mi hermanito ya no nacería, él me miró con una tristeza profunda pero yo seguía echándole la culpa, todos los días iba a visitar a mi mamá pero nada cambiaba, mi padre dejó de tomar y fue ahí cuando decidió pedir prestado una buena cantidad de dinero al rey ya que no solo le debía a esos hombres si no que el condado estaba sufriendo bajas económicas, pasó un mes cuando mi madre reaccionó, y a la semana se suicidó por que no soportaba lo que le habían hecho y menos saber que había perdido un hijo a manos de esos hombres, nada volvió a ser igual, mi padre no volvió a tomar pero yo cada vez me alejaba de él hasta el día en que murió,ese día ni siquiera le hice el entierro que se merecía un duque, no me importaba lo que dijeran en el pueblo, no lo había perdonado en el pasado y no lo haría en ese momento. 

Alejandra se quedó pensando como es que alguien después de haber vivido eso puede tener tan buen corazón, si fuera ella no hubiera descansado hasta tomar venganza con sus propias manos. 

- papá, nunca pensaste en vengarte? por qué es que no había nadie en el castillo esa noche?

-  no hija, así como el destino se encargó de mi padre también lo habrá hecho ellos, es por eso que te enseñé desde niña a defenderte a cuidarte sola por si es que yo no estoy a tu lado, mi madre no sabia manejar una espada, ni defenderse con los puños, en cambio tú hija, tú eres todo lo contrario a lo que era ella y tu madre, tú eres libre, fuerte e indomable, eres mi "Amapola" es por que te digo que si no quieres casarte no lo hagas. Esa noche no había nadie por que en el pueblo estaban festejando un matrimonio, pero después cuando me volví el duque me contaron que ese día esos hombres sabían que no habría nadie en el castillo por que fueron informados justamente por el guerrero que estaba ese día en el despacho con mi padre, su fiel amigo lo traicionó por que estaba enamorado de su mujer, fue él quien le puso las ideas de que mi madre lo traicionaba, cuando mi padre se enteró de todo eso lo mandó a ejecutar. 

-no se como puedes dejar todo a manos del destino, yo tomaría venganza por mi propias manos y sobre la carta,  padre sabes lo que pasaría, capaz esta deuda no es de nosotros exactamente pero son las consecuencias de mi abuelo, tendré que casarme con un laird por que así lo dispuso el rey, pero siempre seguiré siendo tu niña papá- Alejandra se acercó a su padre y lo abrazó, sientiéndose mal al saber que tendrá que alejarse de él e irse a vivir a las higlands. 

Nota: 

Espero que les guste este capítulo <3

Gracias por leer y votar chic


Duquesa y SeñoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora