15.

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Olvida mi corazón, no te mostraré mi temor, olvida todo de este mundo, sabores y olores, como roca vive por los siglos de los siglos.

Admirando el batir de tus alas brillando bajo el sol inclemente; yaciendo en la arena, las ramas secas de lo que una ves fuí, un árbol frondoso cubierto de flores, soy estremecida por el viento de tu vuelo; pero no abriré las puertas de mi dolor, olvida que yo soy yo.

Olvida todo lo que has aprendido u ocúltalo, sin piedad sigue existiendo en otro mundo, huye como ángel aterrado deseoso por volver a casa y desaparece al fin bajo la luz cegadora y, así, anestesiado llegarás al paraíso, y yo hundida en la arena olvidaré tu partida.

En una de mis ramas crece una flor fantasmagórica, es para ti, para cuando decidas regresar, pero ten cuidado, el tallo rebosa de espinas ponzoñosas; más lo único que  harás, será admirar su gran esplendor.


En una de mis ramas crece una flor fantasmagórica, es para ti, para cuando decidas regresar, pero ten cuidado, el tallo rebosa de espinas ponzoñosas; más lo único que  harás, será admirar su gran esplendor

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Monstruos a la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora