Two more | Caniff and Espinosa.

Capítulo 13.

Summer.

(Durante la cita de Matthew y Camila)

Luego de instalarme en mi habitación y darme una ducha, decidí ir un rato a la piscina. Tartamudeaba una canción a la vez que caminaba y me movía al ritmo de la música. Al llegar al piso correspondiente de la piscina, ya que decidí tomar las escaleras, pasé al área. Era una piscina interna. Sin mirar a mi alrededor, dejé la toalla en una de las sillas junto a mi celular. Me quité la camiseta junto a mi short y mis zapatillas. Amarré mi cabello en una coleta alta. Me giré hacia la piscina, dando un brinco del susto al ver quien estaba allí.

- Mierda, me asustaste. - Llevé una mano a mi pecho.

- Lindo cuerpo. - Dijo él nadando hacia atrás, llegando al otro extremo de la piscina.

- Lindo idiota. - Dije y me crucé de brazos.

- Al menos dijiste que era lindo. - Sonrió orgulloso.

- No te emociones, Caniff. - Le guiñé un ojo y caminé hacia atrás.

- ¿Ya te vas? - Preguntó.

- No, solo me voy a poner la camiseta. - Respondí antes de colocarme la camiseta.

Giré y lo vi. Estaba recargado del extremo de la piscina. Su rostro mostraba preocupación o pena, lo que me confundió. Al ver mi gesto de confusión, sonrió cortamente.

- ¿El agua está bien? - Pregunté cambiando de tema.

- Esta buena como para que entres conmigo. - Respondió sonriendo con orgullo.

Sonreí por su comentario. Antes de que mis mejillas se tornaran rojas, me lancé de cabeza al agua. En ningún momento subí a la superficie, seguí nadando bajo el agua. Unos segundos luego, sentí las manos de Taylor agarrarme por los brazos y subirme a la superficie. Respiré a lo alto y me pasé la mano por el rostro, quitándome algunas gotas molestas.

- Debo de admitir que ahora la piscina está mucho mejor. - Admitió.

- Que bien que pensemos igual. - Sonreí.

Él también lo hizo.

- No esperaba verte aquí. - Sinceré jugando con su cabello mojado.

- Y yo no esperaba ver tu cicatriz en el abdomen. - Dijo al instante.

Paré de jugar con su cabello y lo miré a los ojos.

- Summer, ¿qué te pasó? - Me preguntó.

- Taylor, es un tema muy complicado. Solo Camila lo sabe. - Me separé de él y me coloqué a su lado.

- No saldrá de nosotros tres, entonces. - Giró a verme.

Suspiré.

- Tenía diez años. Recuerdo que ese día iría con mi mamá y mi hermana mayor la feria. Estaba muy emocionada, era la primera vez que iría a una de esas cosas. Estábamos en el auto. Mi hermana y yo no dejábamos de hacer ruidos en la parte trasera del auto y mi mamá no paraba de regañarnos. Mi mamá giró para regañarnos una vez más, pero no alcanzó a hacerlo. - Respiré.

Sentía como las lágrimas luchaban por salir.

- No tienes que seguir. - Taylor susurró.

- Un camión chocó con nosotras. El impacto fue en el lado izquierdo del auto, donde estaban mi madre y mi hermana. Mi madre junto a mi hermana quedaron más graves que yo. Yo solo tuve unos huesos rotos y una de las costillas. Estuvimos en el hospital durante un mes y medio, bueno, yo lo estuve. Al tiempo mi hermana se recuperó, pero mi mamá no. Mi mamá falleció. Mi hermana y yo no somos del mismo padre, así que nos separamos. Ella se fue a Londres junto a su padre y yo me quedé con el mío en Nueva York. - Volví a tomar un respiro. - Pasaron dos años, yo tenía doce. Mi papá y yo estábamos "bien" - Hice comillas. - hasta que comenzó a drogarse. Llegaba a casa tarde, ebrio, sucio y con una botella en la mano. Me golpeaba a diario, dejándome feas marcas por todo el cuerpo. Un día llegó más borracho de lo habitual. Yo estaba en la cocina preparándome algo para comer, él no me alimentaba. Él trató de golpearme, pero le detuvo y le grité. Le dije que lo odiaba y muchas groserías más. Él tomó un cuchillo y... - Suspiré y bajé la mirada hacia dentro del agua, subiéndome un poco la camiseta y acariciando la cicatriz.