CAPÍTULO 2

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Después de la primera semana Intentando acostumbrarse a su ritmo de vida ahora que ya formaba parte de las bailarinas del teatro, debía más que nada estar ensayando hasta altas horas de la noche y sus pies cada vez se veían más inchados, comenzó a...

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Después de la primera semana Intentando acostumbrarse a su ritmo de vida ahora que ya formaba parte de las bailarinas del teatro, debía más que nada estar ensayando hasta altas horas de la noche y sus pies cada vez se veían más inchados, comenzó a vendarselos todos los días en un intento para tener más soporte para bailar, algunas de sus compañeras que habían llegado casi al mismo tiempo que ella ya tenían un lugar mejor que ella.

-No creo que pueda durar mucho... - susurró en el camerino privado que le habían dado, después de que su rutina estuviera cada vez más comprometida con el teatro Garnier y sus eventos. Había tomado la desicion de ospedarse, muchos de los cuartos estaban ocupados por trabajadores del teatro, y otras bailarinas así que el único lugar disponible era uno en el penúltimo sótano, donde era muy poco concurrido y el silencio reinaba en cada uno de sus pasillos fríos y casi penumbrosos.

Se quitó el peinado recogido y cepillo su cabello antes de irse a dormir, apenas contaba con un par de vestidos, joyas y había trasladado su altar de su casa al teatro, Madame Valerius le había mil veces insistido que no era necesario pero ella hizo oídos sordos.

-Lo siento madre... Me sentiré mejor si me llevo el único recuerdo que tengo de mi padre... Esto es importante para mi y lo único bueno que tengo es este retrato... Espero me entiendas, aveces lo extraño... Como quisiera que él me estuviera apoyando...-dejó caer un par de lágrimas mientras abrazaba a su madrastra.

-Mi niña, él te sigue apoyando desde donde esté y se que el está orgulloso de ti. Solo necesitas abrirte más y verás cómo las cosas van a mejorar- le limpió las mejillas y le dió un beso en la frente.-recuerda siempre el ángel de la música eso lo pondría feliz.

Christine sonrió ligeramente al recordar al ángel, tenía razón. Ese siempre iba a ser su guardián para los momentos malos, su padre le prometió siempre estar ahí y ella no dudaba de sus palabras. Luego de trasladar sus pocas cosas a su habitación por fin estuvo más tranquila, aunque después de los ensayos se tomaba un tiempo extra para seguir practicando y anotar sus experiencias en su diario personal, le había prometido a su madre antes de irse escribir todo lo que viviera para cuando fuera mayor de edad podría recordar cada momento.

Al día siguiente el ensayo fue bastante temprano y apenas pudo levantarse a tiempo para alistarse e ir corriendo pisos arriba para el escenario. Las chicas ya estaban acomodadas en sus respectivos lugares.

-Señorita Christine, Llega usted tarde. -dijo Madame giry con notable disgusto.

-lo siento, he estado algo cansada estos días...Le prometo llegar más temprano.-dio una pequeña reverencia y sin decir otra palabra más se situó a la última fila donde iba.

El director de la orquesta golpeó la batuta con el atril y los músicos alzaron sus instrumentos y arcos. Dio un suspiro y se giro a Madame giry con la batuta lista para empezar.

-Cuando usted quiera.

Ella asintió leventente y comenzó la música , todas las bailarinas comenzaron a danzar con tal disciplina hasta que de fondo la puerta fue azotada con semejante fuerza. *BUMMM* las bailarinas saltaron de susto y algunas pegaron un grito.

SING ONE MORE TIME FOR ME. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora