Cuando los desastres caminan
en la mitad de la calle,
cuando el caos deja
rostros trastornados,
el Monstruo sonríe.
Miedo y confusión,
pánico y destrucción,
no era nada más
que diversión.
Sonrió ante los problemas,
sonrió ante todo lo que pasaba,
el Monstruo nunca se dejaba
entrar en pánico.
Ahora el mundo entero
está desapareciendo,
dejando rastros,
y ahora el Monstruo olvidó;
olvidó cómo sonreír.
Está en la esquina de la habitación,
tiene la mirada perdida
manos temblorosas,
están personas que deben morir,
y personas que debían vivir.
Y ahora el Monstruo olvidó,
olvidó cómo desaparecer.
Y susurra:
¿Qué debo hacer?
¿Quién soy?
¿Qué soy?
Y las voces susurraban:
Nunca fuiste un Monstruo,
eras la creación de una mente
retorcida como el mundo,
el verdadero caos no está en tus ojos,
está allá afuera.
No das miedo, das pena,
¿Pensabas que temíamos
de tus amenazas?
Bobos.