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Oh, Monstruo,

este es nuestro Adiós.

Cuando bailamos te habías dado cuenta,

te gusta engañarte a tí mismo,

yo también lo supe.

Ahora estás desapareciendo,

tanto como yo lo hice hace veinte años.

Todo pasó hace veinte años,

y a la vez no pasó nada,

¿Lo recuerdas?

Fué el día en el que supe

lo viva que estaba,

y lo bueno que era

imaginarme otro mundo.

Pero siempre estuviste allí,

ahora el aire grita mi nombre,

me dice lo patética que

me haces ser.

Oh, Monstruo,

este es nuestro Adiós,

nuestra última canción.

En una escala de mil,

dijiste estar roto en diez mil,

igual así te quedaste,

dijiste entonces que tus recuerdos

eran tan felices que te volvían triste.

Dijiste entonces que no sientes nada,

ya no confías y eres frío,

y yo siempre pensé en lo tonto que eras.

Eras tan humano como cualquier otro,

pensando que estabas roto,

pensando que no tenías sentimientos,

inclusive me preguntarste

qué era un sentimiento,

o cómo se comía.

No mereces mi odio ni mi amor,

yo tengo ambos sentimientos,

tú sólo tienes odio,

según tú.

Nunca fuiste un Monstruo,

nunca habías existido,

como estas palabras nunca existió.

Nunca fuiste un Monstruo,

sólo te mentías fingiendo

ser alguien con el corazón roto.

Oh, Monstruo,

este es nuestro Adiós.

Poemas para mi MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora