• Prólogo •

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×México×


—México, mi pequeño e indefenso México—. Azteca, acariciaba los cabellos de su hijo, mientras a su lado la otra mujer simplemente sonríe sentándose junto a su amada —Oh España ¿Qué hemos hecho? —. Su voz suena triste, y no lo esconde en lo absoluto al conectar miradas con su pequeño niño de ojos bicolor, uno rojo y otro ámbar.

España abrazo con un abrazo sobre los hombros a la mujer que ama, sólo para poder dejar un beso en su mejilla húmeda por las lágrimas. —Yo también lo siento—. Suelta en un susurro con su suave voz, Azteca se recuesta levemente sobre España que trata de darle el amor y afecto que necesita.

—Lo hemos condenado a una vida llena de sufrimiento. Creamos un monstruo España—. Lloriquea, desconsolada. España cierra los ojos dolida, acariciando la piel suave de su amada. —Creamos a alguien que no va a ser feliz—. Chilla en un ahogado gemido.

España abre los ojos, mirando la cara del tricolor en brazos de la otra mujer, el bebé turnan su mirada entre ambas mujeres, con su boquita abierta y un hilo de baba bajando de sus hinchados labios, sus grandes ojos se encontraron con los suyos. España miro atenta los ojos bicolor de su hijo, su ojos ámbar brillaba de manera majestuosa como los ojos de ambas féminas que eran de ese color, mientras su ojo rojo se mantenía apagado, en un rojo escarlata similar a la sangre. España soltó un suspiro.

Sin saber qué hacer. Simplemente acarició la piel de la mujer a su lado.

El pequeño tricolor de águila simplemente miro como las mujeres comenzaban a intercambiar palabras que su pequeño cerebro de solo 1 año.


.・゜゜・


El pequeño niño tricolor de ahora seis años, jugaba en el patio de su casa, aislado del mundo lleno de magia al cual jamás debería acercarse.

—¡Oye tú! —. Un niño desconocido, de ojos lila le miro desde lejos de la entrada de la casa. Miraba al niño de ojos bicolor con curiosidad —¡Eres feo! —. Soltó, mirando al niño que pronto frunció los labios y las cejas, mirándole con ojos cristalinos —¡Y tu ojos da miedo, es raro! ¡Tú eres raro! —. Chillo con burla.

—No soy raro—. Susurró, y el niño solo se rió de el más fuerte.

—¡También eres mudó! ¡Qué niño más raro!—.

Callate—. Y con eso dijo, el niño cerró la boca, y miró con una aura roja/ámbar salía del pequeño cuerpo tirado en el pasto junto a sus juguetes. Sintió miedo cuando esa aura rápidamente se dirigió a él, solo para durar tres segundos sobre su garganta y desaparecer.

El niño estaba a nada de burlarse de 'lo que sea que fuera eso' pero simplemente la voz no salió, en su lugar salió un gemido ahogado, asustado tocó su garganta mirando al niño sentado en el pasto que tenía igualmente una cara sorprendida mirando al ojos lila.

De nuevo, y ahora las lágrimas salieron de sus ojos, asustado echando a correr en cualquier dirección lejos de él.

México miro sus manitos, antes de miras por donde se había ido el niño.

—México... ¿Qué es lo que hiciste? —. El pequeño niño se levantó del suelo y se giró para ver detrás de él; en el marco de la puerta de la humilde casa de color naranja pastel estaban sus progenitoras, mirándole con decepción.

—¡E-el niño me estaba molestando y y-yo me defendí! —. Trato de excusarse, mirando como su madre (léase España) se acercaba a él, con una suave sonrisa y los ojos ámbar clavado en los suyos, en su mano derecha comenzó a formarse 'algo' de color blanco que de pronto le obligó a caer dormido.

Sensacion de poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora