Capitulo Dos

550 77 30
                                    

•El secuestrado es un grandioso guía •


Parpadeo lentamente, tratando de acostumbrarse a la iluminación de la habitación, restregó sus puños contra sus párpados y soltó un bostezo inevitable.

—Wey, se está despertado—. Escuchó un murmullo, y no tardó mucho en sentirse incómodo en el lugar donde estaba acostado y terminó por levantarse de golpe cuando escucho crujir con fuerza donde estaba acostado.

—Dale su espacio—. Escucha una voz detrás de él, y termina por levantarse de la ¿mesa? En la que está recostado para ponerse de pie a un lado de ella, mirando a dos personas que apenas y recordaba vagamente de ayer, pero ¿Cómo llegó allí? Miro a los tipos frente a él con desconfianza.

Rápidamente miro a ambos hombres aparentemente de su edad con el entrecejo fruncido, preparándose para usar su magia si era necesario.

—Ustedes son los locos gritones de la plaza... ¿Qué hago yo aquí? —. Su mirada se clavó en los ojos bicolor del tricolor bajito, abriendo los ojos ligeramente al encontrarse con uno de ellos brillante y casi dorado de un ámbar que contra luz se miraba café oscuro y el otro al contrario era completamente rojo y carecía de brillo alguno; la nariz del tricolor era pequeña y pecas casi invisibles adornaba sus cachetes y un poco por debajo de sus ojos, sus labios no eran fino o siquiera deseables a simple vista, pero eran algo gruesos y estaban un tanto agrietados por la sequedad, algo interesante.

—Pues te desmayaste, y como las buenas personas que somos, te trajimos aquí y detuvimos nuestro viaje para ayudarte—. USA habló con voz exagerada, mientras llevaba una de sus manos a su pecho y le guiñaba un ojo. —Deberías agradecer—. Sonríe, aun con su faceta seductora.

Todo se queda en silencio, uno muy incómodo.

—No nos agradezcas nada. Lo hicimos de buena fe... —. México golpeo a USA en las costillas, sin disimular ni nada. USA se dobló de dolor —¿Verdad USA? —. Aunque el americano no responde, simplemente se retuerce de dolor aún de pie, maldiciendo en voz bajita al mexicano, deseándole ¿Que se lo como un dinosaurs? WTF USA.

—Pues, ¿Gracias? —. Austria se siente confundido y realmente no sabe como hablar o actuar frente a ese dúo raro.

México le mira con una suave sonrisa, como si no fuera hace segundos que golpeó a su mejor amigo. —Tranquilo, no te haremos nada, confía en nosotros—. Y si bien, Austria se sintió más confiado con la sonrisa del latino, el americano no le daba confianza en lo absoluto, pero bueno él prefería hacerlo caso al tipo de hermosa sonrisa y ojos bonitos que a el amargado a su lado.

—Claro, gracias por ayudarme—. Le sonríe ligeramente, México le mira de manera intensa, el simplemente lo deja pasar —Y diganme, ¿Como puedo agradecer su amabilidad? —. Volvía a ser el mismo chico educado que sus padres habían criado.

—Dime tu nombre—. Exigió México, pero el pellizco su recibió de parte de USA le hizo saber que estaba siendo mal educado. —Mi nombre es México, y mi amigo se llama USA, queríamos saber tu nombre para ya sabes amm ¿Tener más confianza? —. México vuelve a sonreír ahora algo nervioso.

—Mi nombre es Austria, perdón por mis modales—. Les sonríe, con un poco de pena.

USA puede que sentir que va a vomitar de tanto intercambio de sonrisas. Así que por el bien de su estómago, de su garganta y de su mente, decide interrumpir —Puedes darnos indicaciones—. Se acomoda sus gafas negras, en un gesto de llamar la atención y la consigue rápidamente.

México le mira con el entrecejo fruncido, por el hecho de que quería pedir otra cosas como favor; pero realmente eso es una buena idea, México mira asombrado a su amigo después le daría un premio como recompensa...

Sensacion de poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora