Capitulo Uno

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׿Ya llegamos?×


—¿Ya llegamos?—. Preguntó al aire el mexicano, caminando detrás de su amigo, que miraba el camino tratando de orientarse, después de todo estaban ya muy lejos de la zona donde eran sus hogares.

—No—. Responde con su gruesa y sensual voz de un mocoso de 17, mientras sigue caminando en busca de una aldea o un pueblo donde quedarse.

México miró a su amigo un momento antes de soltar un bufido.

—¿Ya llegamos? —. Cuestiona, ahora dejando caer su cuerpo sobre la espalda de USA, que sin importarle mucho siguió caminando. México comenzó a quejarse. —Me duelen mis pies, me duele la cabeza, me duele mi panza, me duele mi todo—. Lloriquea tratando de llamar la atención de USA que simplemente sigue caminando.

—Oye... —. USA respira, deteniendo su andar de golpe, México le mira, curioso. —¿Por qué tenemos que hacer esto? —. Pregunta que salió como si tuviera un nudo en la garganta, USA miraba al frente, por sobre sus gafas negras que le permitían mirar bien (USA es daltónico).

—Porque es necesario—. Responde tranquilo, quedándose sobre la espalda del mayor, que solo emite un gruñido inconforme. México solo se quedo quieto al igual que USA, ninguno con la fuerza suficiente para seguir con la conversación.

—Puedo retenerte y lo sabes—. USA tiene una voz suave, producto de su magia: Control mental, puede manipular las mentes de las personas y usarlas a su antojo, y tiene más utilidades (-como toda magia-) de las cuales hablaremos después.

México aspiró profundo, llenando sus pulmones de esa fragancia olor a océano que desprendía el cuerpo de USA de manera natural.

—No quiero vivir así, y lo sabes—. Contestó de igual manera, solo para separarse de su mejor amigo y pararse a su lado. —Aunque sigo pensando que eres la mejor opción para esto—. Mira hacia adelante, se ve un pueblo, ambos miran en la misma dirección. —Pero tú te niegas a aceptarlo—. México gira su cabeza en su dirección, y le sonríe en grande. —¡Vamos, tenemos un laaargo camino que recorrer! —. Y sin nada más que decir, comienza a dar saltitos en dirección al pueblo.

—Estas loco—. Murmura USA, solo para seguirle el paso trotando.


.・゜゜・


Lo primero que hizo el dúo de amigos apenas entró en el pueblo fue buscar un lugar donde comer. Ambos buscaban entre los puestos un aperitivo que los hiciera querer gastar todo su dinero.

—Wey tengo un hambre—. México comenzó a babear, vaya que tenía hambre. —Que si pudiera, me comería un puto elefante—. Se detuvo frente a un puesto que tenía escrito: "Concurso de comida, si ganas ¡Es gratis!" y se quedó ahí de pie, mirándolo atentamente.

—Yo igual—. USA mira lo mismo que México y ambos se miran teniendo la misma idea, se sintieron victoriosos y miraron al señor, que les miraba con una ceja en alto.

Todo termino siendo un verdadero desastre.

Ambos habían terminado acabando con toda la comida que disponía el concurso, y por obviedad terminaron ganando, sin embargo ninguno de los dos se sintió satisfecho y empezaron con sus clásicas "competencias" para aclarar cual de los dos era mejor. Y oh vaya, eso no resultó bien para nadie ahí.

Actualmente los gritos de ambos se escuchan por toda la plaza del pequeño pueblo.

—¿Qué está pasando aquí? —. Cuestionó intrigado un chico bicolor rojo-blanco, de lentes delgados abriéndose paso entre la animada multitud.

Sensacion de poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora