Capítulo 6

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Cristina

Me despierto por el sonido del despertador a las 6:30 y cómo una zombi me levanto para ir al baño. Había tenido una pesadilla horrible. Cuando llego meo y luego me lavo las manos. Y entonces me miro en el espejo. Lo veo en un segundo. Mi cuerpo empieza a temblar descontroladamente, y caigo al suelo, prácticamente sin poder respirar. Y me doy cuenta de unas cuantas cosas.

1.       Tengo todo el cuerpo entumecido a causa de que lo poco que he dormido lo he hecho en posición fetal, abrazándome a mí misma, asustadiza, tensando todos los músculos.

2.       Tengo una mordida en el cuello.

3.       No fue una pesadilla, fue completamente real.  A no ser que me levantara por la noche sonámbula y me pintara dos puntitos rojos en el cuello. Oye, no me juzguéis, puede llegar a ser más creíble que el hecho de que:

4.       Derek es un vampiro. Vale, acepto que muy en mi interior me lo creo.

5.       Yo no soy un vampiro. Lo siento, es que después de ver “Crepúsculo” durante un momento pensé que quizá me convertía en vampiro. El aburrimiento hace pensar cosas extrañas.

6.       La mujer está muerta.

7.       Soy el juguete i/o la bolsa personal de sangre de Derek.

8.       Tengo miedo de ir a la escuela. Tengo miedo de encontrármelo.

Así que cómo cualquier adolescente normal que no quiere ir al instituto, hago ver que estoy enferma. Despierto a mi padre, le digo que me encuentro mal. Él me pone el termómetro y al salir de mi habitación lo pongo en la calefacción hasta que llega a 38 grados. Luego me lo pongo y cuando llega mi padre y mira la temperatura me dice que me quede en casa y me da un Ibuprofeno. Me lo tomo básicamente por el dolor en el cuerpo. Me tumbo en la cama e intento dormir. Y así pasan tres días; yo haciendo ver que estoy enferma y mi familia cuidándome. Mi padre me hacia sopas, para curarme más fácilmente. Mi madre me mimaba un montón, y mi hermanita se sentaba a jugar al lado de mi cama porque decía que no quería que me sintiera sola. ¿No es adorable? Incluso me hacia comiditas en su cocina de juguete para, según ella, coger fuerzas y luchar contra la enfermedad. La adoraba. Y me sentía fatal por mentirles. Pero me daba mucho miedo ir al colegio y ver a Derek.  Así que seguía mintiendo. Hoy era el tercer día que no iba el colegio, y ya había comido, sopa, cómo no.  Creo que me estoy hartando mucho de la sopa. Son las cuatro de la tarde, de manera que aún estoy sola en casa. De aquí poco vendrán mi madre y mi hermana. Estoy sentada en la cama de mi madre leyendo, ya que no hay lugar dónde me sienta más cómoda que su cama. También puede ser que sea porque es más grande que la mía y te puedes espatarrar más. Los tres días que he estado en casa me ha dado tiempo de pensar en todo lo ocurrido. La principal idea a la que he llegado es que tengo que evitar a Derek. Debo intentar nunca estar sola, siempre rodeada de muchas personas. Supongo que Derek no podrá matar a un montón de personas sólo para alimentarse de mí, ¿verdad? Eso espero, porque si no es así que dios me ayude. Y mira que soy atea. Es la única solución a la que he podido llegar. Penosa, lo sé. Pero realmente no sé que más hacer y es obvio que contárselo a alguien está más que descartado, ya que me creo su amenaza, y prefiero soportar a Derek toda mi vida que quedarme sin Anna, mi Anna.

Así que aquí estoy, leyendo para intentar no pensar en la mierda de vida que me espera. ¡Genial! ¿Notan el sarcasmo?

-          Me estoy preguntando porque mi juguete no ha venido a clase últimamente. La primera opción es que estabas enferma, pero puedo comprobar que no es así. Así que dime, ¿por qué no has venido? – dice de golpe una voz a mi lado.

SED DE TI <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora