Entre miradas

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Omet saltó por la ventana del hospital con Allen en sus brazos, el ruido que emitían los vidrios al caer desde el segundo piso provocó que los médicos acudieran rápidamente a la habitación de Allen 

- Vamos entren, de prisa - dijo el médico de cabecera - decía mientras corría por el pasillo con cuatro médicos más y una enfermera-

Cuando entraron la habitación solo se encontraron con el vidrio roto y una pequeña figura cristalina en la almohada de Allen

-Mire doctor - señaló la enfermera hacía la cama de Allen y añadió- Mire, parece ser una figura ....de....

-el médico de cabecera se acercó al objeto cristalino- esto es...¿Un conejo, de cristal?, esto no es bueno, ahora la tienen -dijo mientras arrojaba el conejo cristalino hacia la pared de enfrente-

- Calma Mitch, todo estará bien - dijo uno de los médicos mientras colocaba su mano sobre el hombro de Mitch

Mientras tanto Omet se dirigía hacía el bosque Tokki Sup, un bosque lleno de fauna salvaje y de flora venenosa, vivir ahí se definía como una aventura diaria, pues las criaturas devoraban a los viajeros  que se extraviaban en búsqueda de la Diosa ...

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Mientras tanto Omet se dirigía hacía el bosque Tokki Sup, un bosque lleno de fauna salvaje y de flora venenosa, vivir ahí se definía como una aventura diaria, pues las criaturas devoraban a los viajeros  que se extraviaban en búsqueda de la Diosa Mictec, lo cual se le atribuía a la recompensa que existía por quien logrará cazarla y llevarle su cabeza al Dios Atla, nadie sabía con exactitud la razón de su aberrante odio, habían individuos que lo tomaban como una leyenda, y algunos otros luchaban incansablemente por tal recompensa.

Por su lado, para Omet representaba un hogar y una gran oportunidad pues podía entrenar todo los días y noches, nadie sabía porque o para quién entrenaba, sin embargo era reconocido por su brutal fuerza y agilidad.

Una vez que llegaron a Tokki Sup, Omet llevó a Allen a su casa subterránea, para alojarla en una de sus madrigueras

- ¿Porqué me has traído hasta aquí? ¿Planeas guardarme para comerme?- decía Allen mientras se ocultaba tras la cama de madera-

-Descuide señorita, mejor dicho Allen, jamás le haría daño a mi fiel compañera - respondía amablemente y agregó- ¡Aunque la verdad te extrañé mucho! ¡Ven acá dame un abrazo!- dijo mientras extendía sus brazos y se acerba a Allen

- ¡Al carajo! -exclamó Allen mientras le arrojaba la almohada de piedra al rostro de Omet- ¡Ni tu ni nadie me va a tocar! Así que escúchame Omet me vas a decir todo lo que quiero saber, ¿Me has escuchado? - decía mientras se aproximaba a Omet con un pedazo de piedra afilado 

-Wowowo tranquila - decía mientras daba pasos hacía atrás- primero me alegra que hayas vuelto, y en segunda, ¿Sabes que me costó fabricar esas almohadas? con ellas entrena mi cabeza tonta 

- ¿Cabeza tonta? jajaja sí eso es lo que tienes....-entre risas continuo- jaja ya enserio dime quien soy y que hago aquí Omet

- Jajaja como en los viejos tiempos, muy bien - sentándose en la esquina de la madriguera- precisamente eso buscábamos antes de que entrarás en coma - añadía mientras extendía su mano hacía Allen y esta la tomará

-Sentándose a lado de Omet- bueno estoy dispuesta a escucharte -llevando su mano hasta su cabello- entonces ni yo misma sabía quien era he, bueno creo será mucho más importante escuchar como solía ser contigo, así que cuéntame todo lo que sepas - añadió mientras lo miraba fijamente a los ojos

11 Días para mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora