Capítulo 36 "Historia de Leon"

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Capítulo 36 “Historia de Leon”

Mi sueño fue interrumpido por la música que sonaba desde mi baño y de seguida me di cuenta a quien tenía duchándose allí.

Me levanté lentamente, siguiendo las instrucciones del doctor y caminé hasta la puerta del baño para echarle la bronca.

Leon no se había dado cuenta que me había despertado. Se encontraba completamente desnudo en la ducha mientras los chorros de agua corrían todo su cuerpo. Tenía la piel blanca con una ligera tendencia bronceada., el pelo corto que se lo estiraba para atrás en la ducha. Su rostro bien aparentado parecía más relajado que nunca aprovechando de la pureza del agua mientras repasaba lentamente sus manos por su cabello. Tenía un cuello limpio, sin un pelo, totalmente fino y un pecho y abdomen ligeramente marcados.  

Era un ser guapísimo pero muy misterioso. Sabía que era pobre, aparentemente sin familia, sin amigos y no conocía nada sobre sus deseos o aspiraciones. Había aceptado aquella persona en mi vida sin saber nada de él, aunque lo único que sabía era que él quería estar cerca de mí.

-¿Qué haces aquí, Leon? – le pregunté quedándome la entrada de la puerta

-Hola Blue – sonrió él al verme – Quise ducharme porque olía mal

-Sí, ya veo – le contesté poniendo los ojos en blanco - ¿Pero por qué te duchas aquí cuando tienes una ducha en la planta baja?

-Sí, pero aquella no es tan cómoda como esta – me dije mientras se me acercaba

-Podías taparte, toma una toalla – le pasé una toalla mía

-No te preocupes, tengo las mías en la otra habitación – y sin tomar la toalla se salió del baño con el miembro viril circuncidado colgando.

-Cuando estés vestido vendré a hablar contigo – le dije mientras él se pasaba e puntillas por mi habitación hacia el pasillo.

Su estilo de payaso y como común me divertía.

-¡Puedes venir ya! – contestó Leon de seguida, además, necesito un consejo tuyo.

Me fui caminando hacia su nuevo cuarto, que antes fue el de mi hermana, y allí me lo encontré probando unos bóxer que por alguna razón me sonaban.

-¿Cuál te parece que me queda mejor? – se sacó uno y se puso otro.

-¿Leon, de donde tienes esos calzoncillos? – le pregunté intentado recordar alguna cosa.

-No te recuerdas, son tuyos, la primera noche que nos lo hemos pasado juntos, al día siguiente  por la mañana te los robé- me contestó sin contenerse un pelo.

-¿Me has robado los calzoncillos? – la manera que reconoció lo cometido me tomó por sorpresa.

-Sí, sabía que no te importaría mucho, pero bueno a ti te quedan mejor porque tienes el paquete más grande –

-¿Qué? –

-Bueno, no te me pongas así – dijo y se los quitó, dejándose ver otras ves su pene – No me digas que te quedas sin palabras solo con verme desnudo – y sonrió de manera pícara al decir eso.  

Aquel comentario me tocó el orgullo, aunque no de manera negativo, y no pude contenerme más.

-Aunque tengas buen cuerpo, cara y que seas bien dotado no será suficiente para intimidarme. He follado hombres más buenos y guapos que tú y todavía más dotados, he hecho tríos, cuartetos con chicos y chicas en las cuales sólo yo he sido activo y no me he intimidado un pelín. Puedo follar, correrme y seguir como si nada hubiera pasado porque yo quiero, así que dime ¿Por qué me quedaría avergonzado, observándote desnudo?

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