━━ Y o o n g i

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« Si tuviera solo un día desearía caer dormido intoxicado en tu dulce aroma »



Min Yoongi era el capitán del equipo de basketball y un rompe corazones nato

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Min Yoongi era el capitán del equipo de basketball y un rompe corazones nato. Vamos, que el chico era extremadamente guapo y verlo en acción en un arduo juego de basket era algo digno de ver. En los campeonatos se podía ver la fila de chicas y más chicas, —también chicos, porqué no— que soñaban con una oportunidad por parte del capitán.

Oportunidad que era dada solamente a las mujeres. ¿Quién era Min Yoongi para rechazar a todas esas féminas que añoraban una noche a su lado? Porque estaba claro; Yoongi les concedía el placer de estar con él una vez y después adiós.

Como dice Palermo en La Casa de Papel: "Boom, boom, ¡Chao!".

Por eso la gran reputación del gran Min Heterosexual Yoongi. Llevando a casa una chica diferente por semana. ¿Había problemas con eso? Para nada. Le gustaba ser como era y disfrutaba de cada una de las chicas que había pasado por su lista de conquistas.

Nunca había tenido problemas con encontrar a alguien con quien acostarse, puesto que las opciones sólo incrementaban día con día por su reputación de ser un muy buen amante, pero últimamente no estaba interesado en ninguna chica. Incluso rechazó a Jieun, quien era realmente preciosa y estaba dentro del top diez de sus mejores encuentros.

Había algo más en su cabeza y se sentía muy jodido por no poder evitar estar tentado cada vez más y más; el perfecto y atractivo atributo de Park Jimin.

¿Han visto el trasero Jimin?

Y no hablaba de verle por encima, algo de reojo. No, no, él se refería a dedicarle un tiempo de su vida para poder apreciar, —esa era la palabra; apreciar— el trasero de Jimin.

Porque Yoongi sí lo ha hecho. Al menos en sus pensamientos podía aceptarlo fácilmente. Muy diferente a poder decirlo en voz alta.

Jimin había llegado en el último año de la secundaria, mudándose desde Busan para vivir en la casa que había permanecido vacía por muchos años al lado de la casa de Yoongi.
A pesar de ser algo selectivo con sus amistades, el pequeño mochi, —como había sido denominado por él mismo— había llegado a su vida para quedarse y convertirse en alguien especial. Podía incluso considerarlo como su mejor amigo a pesar de no conocerlo de mucho tiempo, pero su menor se había encargado de adentrarse poco a poco en su círculo cercano. Mucho más cercano. Volviéndose casi inseparables por la inevitable sensación de querer proteger a Jimin de todo y de todos.

El definía a Jimin como su serendipia; él era eso que necesitaba en su vida, que no sabía que estaba buscando y que llegó de manera inesperada, abrumándolo por completo. Porque Yoongi adoraba a Jimin, y haría lo que fuese por su pequeño niño.

𝗙𝗨𝗖𝗞𝗜𝗡𝗚 MINT: El antes y el despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora