Entramos Marta y yo a la oficina, huele a limpio, a paz. En mi cabeza hay unos 100 martillos eléctricos haciendo ruido a la vez, maldita resaca, maldito champán, maldito vino y maldito ron. Pienso que son las 9 de la mañana y ya tengo ganas de que se termine mi jornada laboral para poder irme a casa a dormir.
Hoy lo he vuelto a ver en la cafetería y me he fijado con detenimiento en su cara, su piel morena, su pelo, y ese ligero acento argentino que la vez anterior se me había pasado por alto. Recuerdo como me miraba, como me sonrió, y una vez que salgo de mis pensamientos no entiendo por que ahora si le estoy prestando atención a esos detalles, por que imagino que tiene mi carpeta y que ha mirado todas y cada una de las fotos que hay dentro, que ha leído las notas y que puede que hasta se haya excitado un poco al hacerlo. No, no sé por que estoy pensando en todo eso.
Marta llega a mi mesa, esta chica va siempre preciosa, vivo enamorada del color natural de su pelo, a ella no le gusta por que dice que es el color básico de las pelirrojas pero a mi me fascina. Aún recuerdo el día que nos conocimos,yo viajaba de Madrid a Sevilla, y ella volvía de Madrid, donde se había quedado 2 noches para asistir a un curso de Marketing de Empresas. Nos cruzamos en la estación de Atocha y luego nos volvimos a encontrar en el AVE. Le sonreí cuando la vi sentada en el asiento que había frente al mio y ella me dijo un "Hola". A los pocos minutos empezamos a hablar del frío que hacía ese día.
Desde entonces hasta ahora no hemos dejado de hablar ni un solo día, se ha convertido en mi mejor amiga aquí en Sevilla, en mi mayor apoyo. No sé que haría sin ella y sin Aitor, ya que cuando llegué a esta ciudad estaba muy perdida y muy rota, tocaba empezar una nueva etapa sin muchas de las cosas que me habían acompañado en los últimos 2 años. En ese momento piensas en lo mucho que puedes acostumbrarte a una persona.
Salgo de mis pensamientos con la voz de Marta que me dice que tengo que ir esa misma tarde a una tienda de una diseñadora de moda, por que el fotógrafo que había contratado le ha fallado a última hora, y yo encantada de poder salir de la oficina, no soporto el dolor de cabeza de la maldita resaca.
-La clienta ha contratado una sesión de exterior y dos horas extras.
- Joder, pues si que voy a tener faena, aunque estoy deseando estar fuera de la oficina hoy.
- ¿Qué haces luego? ¿ Vamos a tomar algo?, necesito contarte y echar un rato contigo.
- Y yo, tengo resaca, me duele todo el cuerpo como si hubiera corrido una maratón, pero saco un ratito para ti.
- Vale, luego concretamos, ahora vete a la sesión y ya me cuentas.
Salgo de la oficina y me dirijo a la otra punta de la ciudad a la hora que es no hay mucho tráfico y se puede conducir tranquila, me pongo música y me pongo a cantar como una loca, creo que es mi momento preferido del día, y aunque tengo una resaca de mil demonios me relaja muchísimo cantar en el coche, sobre todo la canción nueva de C.Tangana, Nunca estoy.
Después de conducir unos 25 minutos llego a la ubicación indicada, cojo todo lo necesario del maletero del coche y llamo al porterillo automático, y me responde la voz de un hombre, le digo quien soy y me abre el portón. Nada mas entrar alucino con el sitio, tienes que andar por un camino de piedras planas para llegar al final donde esta la casa, hay palmeras y arbustos a ambos lados, y veo que están decoradas con luces por lo que por la noche esto tiene que ser precioso. Llego a la casa , y me recibe Olga, que es la diseñadora , con varias modelos, todas maquilladas y peinadas para la sesión de fotos. La primera impresión que me llevo de ella es muy buena, es una mujer super amable, y habla de una manera tan dulce que me llevaría horas hablando con ella. Me indica que deje mis cosas en una parte del salón donde también están los bolsos de las otras chicas, me ofrece algo para beber y vamos todos al jardín donde nos comienza a explicar que quiere en sus fotos. Pillo enseguida lo que quiere y empiezo a darle al coco con la foto con la que cada modelo quedaría mejor.
Estamos a mitad de la sesión, cuando llega un chico moreno, guapísimo con ropa de gym. Cuando llega a la entrada de la casa le pregunta a la señora de servicio por su madre y le dice que esta dentro haciendo cambio de vestuario con varias modelos, entonces entiendo que es el hijo de Olga, y que debe de vivir aquí con ella. Me fijo en él, en como gesticula con las manos cuando habla y en la sonrisa tan bonita que tiene, este también parece sacado de un anuncio, pero no tiene pinta de rebelde. Vuelven a salir las modelos y Olga me vuelve a dar indicaciones para las siguientes fotos, le digo que voy dentro un minuto a por otro objetivo para la que las fotos queden justo como ella quiere. Y ahí esta él, sentado en el sofá mirando el móvil y tomando un zumo, lo miro muy disimulada para que no se de cuenta de que lo estoy mirando y aparto la mirada enseguida. Cojo la bolsa de la cámara y empiezo a buscar el objetivo que necesito, con la mala suerte que se me cae la tapa de un objetivo al suelo.
- Mó... nica. No eres Mónica.
- Creo que no, que no soy Mónica, perdón por molestarte, se me ha caído sin querer la tapa.
- ¿ Qué dices ?, no me molestas para nada, solo que pensaba que era Mónica, la chica del servicio de mi madre.
- Ah! Vale, me alegro que no te haya molestado. Bueno sigo con lo mío, tengo que salir fuera. Encantada...
- Daniel, me llamo Daniel, ¿y tú?
- Carla, me llamo Carla y me voy para el jardín a seguir con lo mio, encantada de nuevo y tenéis una casa preciosa.
Y me voy rápida para fuera como a quien la carga el diablo, no sé por que me ha dado tanto corte hablar con él, yo normalmente no soy así. Soy extrovertida y confiada. Cuando salgo al jardín me noto las mejillas rojas aunque no me las veo, pero si noto el calor en ellas, sea lo qu- sea algo acaba de pasar y es una sensación nueva para mí. Sigo haciendo más fotos de distintas poses, y aprovechamos el color anaranjado del atardecer para hacer unas fotos junto a la piscina con algunos detalles de luz artificial. Me esta gustando mucho trabajar para Olga, sin duda es una gran mujer, con un hijo que ¡ Mamma mia!
Empiezo a recoger mis cosas dada por finalizada la sesión de fotos, hemos quedado para mañana para hacer la selección.
- Mañana a las seis de la tarde , ¿como te viene?
- Perfecto salgo de trabajar a las cuatro, me viene genial esa hora.
- Vale, pues te apunto, y listo mañana nos vemos.
Entro de nuevo en la casa para guardar todos los objetivos, el aro de luz, y allí vuelve a estar él, con el pelo mojado y otra ropa, por lo doy por hecho que se ha dado una ducha. El olor de su perfume llega hasta donde yo estoy, y cierro los ojos, me dejo llevar y no se como lo ha hecho, pero cuando los abro esta junto a mi , recogiéndome la tapa del objetivo del suelo. ¿ En qué momento se me ha caído?
Me he vuelto a poner nerviosa, y me ha vuelto a dar verguenza, ¿por qué?
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Nunca imaginé
Teen FictionElla, alocada, sexy e impulsiva. Carla es una fotógrafa que vive en Sevilla. Viajó hasta allí para sanar sus heridas, las que no se ven, las del corazón. Necesita ordenar su vida después de una dolorosa ruptura amorosa. Una mañana en la cafetería de...