Capítulo XXV: « Kioku wa kako no sasen o egaite... »

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« Los recuerdos dibujan el pasado »

Sus rojizos ojos le perseguían por todos lados, intentaba correr pero sus piernas parecían flaquear, además que cada paso le dejaba en el mismo lugar, su estómago sentía una fuerte contracción cada vez que miraba hacia atrás, ahí estaban, 16 puntos rojos que poco a poco se esparcían por la habitación, diversos siseos, el sonido de las escamas al arrastrarse por la habitación, respiraba agitado, estaba cansado de correr, no podía más, queda de rodillas, tras de él sabe que está ese monstruo sin alma, pronto a devorarle, las enormes fauces se abren al unísono de un solo movimiento bajan para engullirle.

-Iori-san! – la voz hace que se siente en la cama de un solo movimiento, el sudor bajaba por su torso, gotitas resbalaban por las patillas, como si estuviese en un sauna, pero no era más que el miedo que solo hacia podía escapar de él.

-TU... - su mirada se torna por demás molesta – qué demonios haces tu en mi casa! – pregunta enfadado

-Por ahora salvándole de su pesadilla, Orochi nunca ha sido un buen recuerdo para nadie – Kagura le pasa una camiseta que él le arrebata poniéndosela – siento invadir así tu hogar – le mira fijamente – Maki... Tsukihime... - corrige para que el otro sepa de quien habla – solía venir a verte, jamás dejó de observar tus movimientos... de sufrir con tu dolor, creo que, aunque el matrimonio de ambos fue cuestión de acuerdos, de cierta manera ella en verdad deseaba desposarse contigo, no sólo porque fuiste el primero, y único – aclara – en su vida. Llegó a amar todo lo que eres

-No digas tonterías, quien llegaría a amar a un tipo como yo – toma la cajetilla de cigarros de la mesa "tu piel, comienza a desprender aroma a cigarro" recuerda esas palabras y deja el paquete donde estaba, Kagura mira por el espejo al pelirrojo, sonríe a medias

- Tal vez más personas de las que te imaginas – contesta ante la pregunta anterior – Maki era una de ellas, deseaba hacerte feliz, y si ese extraño hombre no la hubiese... atacado seguramente lo habría conseguido

- Eso ya no importa – farfulle – ella... Tsu...Maki, ¿cómo murió? – la mayor baja la mirada, cierra los ojos un momento – lo siento, no quise

- Descuida – le corta ella - es normal que quieras saber... fue decapitada – los ojos de Yagami se abren bastante – me enfermé y ella salió a hacer algunos encargos para el templo, la nieve le impedía correr o pelear de manera ágil, y ella sola contra Goenitz – suspira – tenía un mal presentimiento y pese a la fiebre salí a buscarle, cuando la encontré estaba arrodillada en la nieve, volteó a verme... me sonrió pero su mirada era de miedo, no deseaba morir – traga saliva pues su voz quería quebrarse

-No sigas- la voz profunda del pelirrojo la hace voltear – no debí preguntar, yo no sabía que ella tenía una gemela idéntica

- Pero aun así me reconociste, supiste que yo no era Maki – sonríe un poco – creo que a tu manera también sentías algo por ella, aunque fuese amistad o un bello recuerdo – suspira profundo – bien... dime Yagami – la voz de la mujer ya era más firme – ¿qué es lo que sabes sobre la rencilla de tu familia contra los Kusanagi?

-Pues... que esos bastardos asesinaron a la esposa del jefe de nuestro clan, llamado Yasakani en ese tiempo, por lo que él fue a hacer un trato con Orochi para que le diese el poder necesario y poder vengarse de los Kusanagi traidores, desde ese momento cada generación ha matado al primogénito de la otra familia, pero ha sido un cuento de nunca acabar, aunque mi padre vivió muchos años, se supondría que él y el estúpido vejete llamado Saisyu debieron pelear a muerte pero – recuerda la razón por la que no se mataron – a veces no todo sale como uno espera

- Y... ¿sabes de dónde provienen nuestras familias? – ante esa pregunta Yagami se encoge de hombros – no puede ser – le chica se cruza de brazos con gesto entre preocupado y molesto - estamos ante una crisis que podría poner fin a la vida como la conocemos y ustedes par de tarados no saben nada de nada! – dice enojada, pero se tapa la boca al notar como la mira el menor – perdona... yo... - cierra los ojos negando con la cabeza. – el tiempo se acorta y debemos prepararnos para la batalla final. – asegura

KURAKU II: CHI TO REI " OROCHI MONOGATARI"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora