←Todochako Week II←

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•°LIBRE°•

Día: 2

Fecha: Martes 09 de Junio del 2020

Palabras: 816

konshatumadre

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Tú Ángel
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La misión de hoy era la más difícil de su vida...

Dió un salto para atrás antes de recibir el disparo. Intento que su traje negro no se arrugará, o peor aún, se rompiera. Se cubrió en un tanque detrás de unas cajas, balas pasaban por el rozando y llevándose consigo aquel material. Qué estaba lleno de aquel polvo que hacía que las personas activarán su quirk.

La sociedad, al nacer, adquirían un poder, pero, este tenía que ser extraído para que no peligren las vidas de los seres. Con el fenómeno ya extraído de el cuerpo humano, no podían hacer nada más que guardarlo, sin embargo existían personas que reclamaban su poder y un derecho a tenerlo.

Por ello, el gobierno hizo una organización donde elegían a jóvenes que representarán la discreción entre la gente. Así, se mantendría a salvó todo aquello que se relacione con la paz en el mundo.

Uraraka fue una de las elegidas después de terminar la secundaria. Sus familia fue notificada de que ella estaría en las manos de el gobierno desde ese momento hasta el final. Su jubilación estaría dentro de 10 años, Ochako llevaba solo dos años y tenía 24 de edad. Igual que todos sus compañeros de trabajo.

Salió de su escondite y disparó varias veces. Uno de ellos hizo que el polvo se exparsiera por todo el lugar, dejando cegada a la chica.

Fruncido el ceño.

Nuevamente se escondió en su lugar.

Una gota de sangre le cayó en su cabeza, miró ahora a el techo.

Dilató sus pupilas y se puso palida al ver el cuerpo de Izuku con una herida en el hombro derecho, una gran herida.

Sin darse cuenta del peligro se hizo flotar, para desatar a su amigo, quién estaba delirando ante la perdida de sangre. Lo peor paso por la cabeza de la castaña. Al tomarlo con delicadeza se dirige directamente a la barrera que la cubría.

Y cuál príncipe azul -vestido de traje negro- llegó su pareja a cubrirlos con barrera de hielo.

Sus ojos brillaron intensamente, ya que tenía refuerzos y sobre todo él sabía de primeros auxilios.

Todoroki-kun —suspiro tranquila.

—¿Estás bien? —preocupado por su novia, cuestionó inclinándose con ella.

Ella asintió con una sonrisa, pero sintió el quejido de su amigo. Entonces su preocupación volvió.

Una bala atravesó la barrera, Todoroki hizo otro movimiento manteniendo más grueso aquel poder y poniendo seguridad a los resguardados.

Yo me encargaré de ellos —dijo él poniéndose de pie.

Pero ¿Y Deku-kun? —lo detuvo antes de que saliera.

Solo mantén presión en la herida con la tela de su ropa, que no se siga desangrando —.

Se asomó mientras lanzaba llamas en dirección a los atacantes.

Uraraka colocó a Midoriya en sus piernas y rasgando el saco de este le cubrió la herida con presión. Cerro los ojos con fuerza al sentir el calor en el cuerpo de su pareja.

Minutos después el tiroteo se detuvo.

Bakugo apareció. Al ver a su compañero de trabajo herido, una inquietud se armó en su rostro. Cosa que Uraraka no había visto.

Tómalo rápido y llévalo a un centro de atención —le pidió ella.

—¡No me digas que hacer! ¡Maldita cara redonda! —grito molesto.

Molesto con él por no proteger a su amigo.

Ochako, vio como lo tomaba con la delicadeza que ella le había dado y se marchaba de ahí.

Sin sentir la presencia de su pareja, se levantó de aquel lugar y se apresuró a ver la condición de su compañero. Este se encontraba agotado por el poder ya dado.

—¿Cómo estás? —le pregunto manteniéndose de rodillas con intención de levantarlo.

Este inhaló y exhalo asintiendo lentamente. Levantándose lentamente y apoyándose en su amada.

—¿Todo está bien? —pregunto mirando a donde el polvo ya no estaba y en vez de eso había humo, disparsiendoce en el aire con rapidez.

Su sentido se activo al ver un bulto moviéndose con debilidad, un arma se asomó apuntando a ellos.

Tocó a el chico para que levitara mientras ella giraba y sacaba un arma de su cinturón y disparando al mismo tiempo que el sujeto.

Intento evadir el disparo enemigo, pero, solo se escucho el sonido de la habitación como su algo azotara contra el suelo.

Un quejido hizo a Shōuto se diera cuenta de la situación actual. Busco al actor de tal sonido: el atacante. Un arma en el suelo y como si se tratara de un ángel, Uraraka lo recibía con los brazos extendidos.

La sonrisa de el bicolor se asomó al verla ilesa, y cayó de aquellos tres metros del techo al abrazo de su cálida castaña.

Cómo sí se tratara de un reencuentro juntaron sus labios y se recargaron de sus frentes. Teniendo en cuenta de la suerte de lo que su amor les tenía.

Todochako Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora