Promesas Encontradas

Encuentros

He aquí la historia de un amor eterno, el amor todo lo cree...

Hoy es mi cumpleaños número 15, desde la muerte de mi madre le había perdido el gusto a celebrarlo ya que ella murió dos días antes de mi cumpleaños número 14.

-¡Vamos! 

-¡Aunque sea podemos comprar una pizza, un pastel y ver alguna película! Decía Aurora, ¡Es tu cumpleaños! 

Sólo una vez cumples 15 años me repetía mientras reía, nunca podría negarle nada, no me entusiasma la idea pero sé que ella se esfuerza en subirme el animo para estas fechas, no le gusta dejarme solo porque sabe que esta época es difícil para mi .

-Esta bien accedí al final. Pero yo escojo la pizza, sabes que no me gusta con piña.

-No sabes lo  que es bueno, decía entre risas mientras entrabamos a mi casa después de un largo día en el colegio.

Los dos quedamos pasmados de la impresión al ver a mi padre sentado en el sofá viendo las noticias de medio día, como si nunca se hubiese ido. Como si hubiera estado presente cada uno de estos horribles días, quería gritarle tantas cosas, pero el alma se me vino a los pies cuando vi a una mujer salir de la cocina, de la cocina que por tantos años fue el santuario de mi madre que amaba cocinar y complacernos con cualquier antojo que tuviéramos...

-Mi amor, aquí está el almuerzo listo, ¿Vienes a la mesa o prefieres comer en el sofá? Le decía, ambos seguían aún sin percatarse de nuestra presencia.

-Me encanta  nuestra nueva casa. Le decía la mujer a mi padre. Para ti sólo lo mejor mi amor. Le dijo antes de fundirse en una asqueroso beso con una mujer que bien podría ser mi hermana.

No pude contenerme más, avance hacía ellos a paso acelerado mientras a lo lejos escuchaba a Aurora pedirme que por favor me tranquilizara.

¿Que diablos haces aquí? Le pregunte. 

-¿Donde más estaría? Está es mi casa, puedo venir cuando me plazca. 

Debió notar mi cara al ver a la mujer que estaba con él porque me dijo: 

-Antes que digas algo inapropiado debes saber que acabamos de comprometernos,  la he traído para que conozca nuestra futura casa y al que será el hermano del hijo que esperamos.

El impacto fue tan grande que tuve que sostenerme del sillón, sólo podía pensar en que mientras mi madre luchaba por su vida y sufría su abandono, que mientras yo enterraba a mi madre, él andaba viendo con cuál mujer se casaba de nuevo. Mientras yo sufría su abandono cada noche, él embarazaba a  esa mujer.

No pude soportarlo más.

-Doy gracias a Dios que mi madre muriera, porque sino la estarías matando de dolor con esta noticia. Le dije antes de salir de la casa, de esa casa que desde hace mucho tiempo dejo de sentirse como un hogar, para pasar a ser un verdadero calvario, uno lleno de recuerdos de la mujer que daba todo por mi, y todo por este hombre que nunca debió haber tenido su amor.

Corrí hasta que mis piernas empezaron a doler, hasta que mis pulmones se sentían como fuego. 

Escuchaba como Aurora me gritaba que por favor la esperará, no quería darle a ese hombre el poder de lastimarme, ese hombre que desde hace mucho había dejado de ser mi padre.

Me detuve a tomar aire, en ese instante Aurora logro alcanzarme.

-Oye en que momento te volviste primo del correcaminos decía casi sin poder hablar.

Al ver que estaba fuera de si , me tomo entre sus brazos infundiendo en mi una oleada de calma que sólo ella era capaz de lograr  y con su abrazo me di cuenta que ese era mi hogar, no lo había perdido siempre estuvo conmigo. 

Entonces lloré, lloré en público por primera vez desde que supe que mi madre enfermó, lloré por el abandono de mi padre y la muerte de mi madre. Lloré porque supe que ella nunca me juzgaría, lloré porque había encontrado mi hogar, lloré porque sé que aún sin decir una palabra ella comprendía mi dolor.  Lloré porque no quería perderme, porque no quería sentir este vacío...

Dicen que el amor a primera vista no existe... Pero a mi me encontró, empecé a amarla aún sin saber que era amar...