Capítulo 3: Baño helado

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Cuando el vampiro volvió a entrar en la sala, los otros dos se encontraban bailando y saltando alrededor de Esmeralda.

La presa con la que antes se divertían, no era ya más que un saco de huesos tirado en el suelo, delante de los tres sillones.

- Parad ya, sois como crios - el vampiro les miró por encima del hombro unos segundos y volviò a sentarse en su sitio.

El chico más joven se detuvo delante de la humana, de cara a su compañero.

- ¿Qué pasa, también quieres a esta para ti? - le acusó con locura en sus pupilas.

- Si, tengo planes para ella.

- ¿De verdad? - preguntó esta vez la mujer rubia pasandose la lengua por los labios para limpiarse la sangre que le había extraido a Esme - ya está usada.

- Hacer con ella lo que querais, pero devolvermela con vida.

- Espera aquí preciosa - le susurró la vampiresa a su victima.

Sse dirigió a su trono y cogió una correa de cuero, luego volvió donde Esme se encontraba y se la puso a esta alrededor del cuello. Tiró de ella, a la cual le caían hilillos espesos de lagrimas por ambas mejillas, para sacarla de la habitación y que se la llevasen a sus aposentos.

- ¿Por qué no te la llevas tú? - le preguntó el vampiro rubio al joven.

- Porque tú te has quedado con la suya, ya sabes cómo es Beth.

Betania era la vampiresa, era malevola y vengativa, algo normal en su especie, pero también era reencorosa, muy reencorosa. Quería dejar a Esmeralda al borde de la muerte, ya que Ethan les había prohibido matarle, al menos se divertiría.

- La pelirroja me pertenecía - sentenció Ethan.

- Pero ella la había elegido primero.

- Bueno, os compensaré con cinco presas a vuestro gusto.

Ethan se deslizó sobre su sillón pasandose la mano por el pelo, exahusto. Quería retirarse ya a des cansar, pero ninguno podía irse hasta que se hubiesen repartido cada una de las víctimas.

- Más te vale que sean las mejores- dijo el chico joven sentandose en su respectivo sitio.

- Puta -  penso Ethan mirando con repulsión a Betania cuando esta volvió a dentro.

Beth subió a la tarima por el lado derecho, en el que estaba Ethan, con enigmatica mirada y pasó su mano ligeramente por el pecho del vampiro para hacerle enojar.

- Aquí lo somos todos, cariño.

Ethan se sacó la mano de la chica de encima con un seco movimiento.

- ¿También vas a apostar por el siguiente? - preguntó ella sentandose de manera elegante y retirandose la melena hacia atrás.

- No, es todo vuestro - No quería alargar más las cosas, así que dejaría actuar con total libertad a los dos inmaduros que tenía a su lado - pero acabar con esto de una vez.

- Deberías retirarte, ya eres mayor para estas cosas - continuó Betania intentando irritarle.

Ethan le lanzó una mirada furtia y lo dejó pasar.

La última persona por entrar era un hombre mayor, de unos 40 años. Empezaron entreteniendose con él, cosa no muy diferente a lo que habían hecho con los demás, pero pronto perdieron la diversión y simplemente lo mandaron llevar a las celdas donde guardaban lo que para ellos era el alimento.

Los tres vampiros dieron por finalizada la reunión y se dispusieron a marcharse. Ethan se levanto el primero sin pensarselo dos veces, había esperado durante todo el rato ese momento, no le apetecía seguir con esos dos incompetentes.

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