Mío

El rey y su decisión

- anciana Kim, ¿está segura de esto? ¿No hay posibilidades de que pueda cambiarse?

- No, mi señor, así lo he visto, su fin llegará al caer enfermo y un enemigo cerca aprovechará su flaqueza quedándose con su riqueza, su pueblo y los que más sufrirán su pérdida serán sus mozos, su esposa y sus concubinos, especialmente él quien será el flanco predilecto de la maldad de este nuevo gobernante.

-  No puedo permitir que eso pase, ¿qué propones?

- hay una posibilidad mi señor, es algo difícil y probablemente termine también en su muerte pero habrá esperanza para su pueblo y para él.

- mm, si mi destino de cualquier manera será inminente será mejor si al menos muero con la esperanza de que mi... Pueblo este bien, si me aseguras que quedará en buenas manos y que él no sufrirá ningún tipo de maltrato, ni él ni mis mujeres.

- hay una profecia su majestad, un hombre extraño vendrá y de todas tus pertenencias te arrebatará la que más valoras, lo he visto, pero también he visto que tendremos que mover hilos y debes acceder a soltarlo y lograr que él también se vaya por voluntad propia, de lo contrario no haré nada para que suceda, es lo único que puedo hacer por ti, majestad, evitar la profecía o provocarla como una opción.

- pero, ¿quien es ese hombre extraño? ¿Y si sólo viene a reclamarlo, ¿qué pasará con mi pueblo?

- cuando lo veas lo sabrás, si accedes a esto, él no sufrirá, y tu pueblo pasará a tu familiar siguiente en coronarse justo a tiempo para evitar la invasión por manos del enemigo, tus mujeres y tu descendencia seguirán con bienestar.

- ¿cuánto tiempo tengo?

- tu enemigo pasará por las tierras en luna nueva, puedo hacer llegar al hombre extraño antes de la luna llena que será cuando caigas enfermo.

- entiendo, es poco tiempo.

El rey quedó pensativo y despidió a la anciana de su presencia con un ademán silencioso

- anciana, no le digas nada de esto, ni tampoco de mi descendencia, esto jamás debe saberlo. Ven mañana a primera hora y tendrás mi respuesta.

<Así que es así, así es como perderé todo lo que me ha costado tanto, he cortado tantas cabezas, he enfrentado a tantos, a mi padre, a los que se oponían a mi mandato y caeré por una enfermedad como si fuera débil, no lo permitiré, no puedo permitir que lo lastimen, que maten mi descendencia, que mi pueblo sufra y yo tenga una muerte deshonrosa.
Espero que esté extraño sea por lo menos un buen contrincante, y que de verdad lo proteja. >

El último pensamiento del rey antes de soplar la vela que mantenía encendida la lámpara a su lado, fue hacia él, su concubino más querido, era lo que más amaba, era lo único bueno que quedaba de él...

A la mañana siguiente la anciana esperaba al rey, cuando este salió sus palabras fueron pocas y certeras.

- he tomado mi decisión, será la profecía, hablaré con él, para que acceda a irse con el hombre extraño y otra cosa, no quiero que jamás él se entere de mi futura descendencia, así que te prohíbo decircelo.