Rojo
Con veintiún años recién cumplidos, era la primera vez que recorría aquel monótono pasillo blanco.
La luz del techo imponía un color enfermizo en los presentes y le hacía recordar su niñez, cuando su padre se internaba por aquel mismo pasillo y él lo despedía a la entrada con lágrimas en los ojos.
Siempre había odiado aquel corredor cuando se tenía que despedir de su padre, y ahora recordaba con disgusto, todos los berrinches innecesarios que lo habían dejado sin poder respirar e hiperventilando. En cada una de esas ocasiones, su padre lo había mirado con desaprobación.
Un omega no se comporta de forma caprichosa.
Ahora que tenía permitido descubrir los secretos de aquel pasillo, una nueva sensación se instaló en sus entrañas: ignorando todos los pensamientos negativos que le vinieron a la mente, se adentró con paso seguro, como se lo había visto a hacer a su padre, como si aquel lugar fuera suyo y los guardias que lo acompañaban fueran sus más fieles seguidores.
Su primer deber entonces, consistía en acostumbrarse al laberinto de pasillos que había en el interior del edificio. En observar las puertas de seguridad a los lados y en aprenderse de memoria todos los títulos de las habitaciones adyacentes.
—Señor, es aquí.
Se pararon delante de una puerta de metal con una ventanilla redonda de cristal en lo alto, por donde podía apreciarse el interior.
Dio un asentimiento de cabeza a los guardias y apretó la mandíbula.
—Esperen aquí.
El interior era muy parecido al pasillo. El blanco volvía a ser protagonista de la estancia y se contrastaba apenas con los pocos muebles de acero inoxidable repartidos por aquí y por allá; un camastro minúsculo en una de las esquinas con una manta desordenada sobre este, un inodoro y un lavamanos al otro lado de la habitación. No había espejo ni gozaba de más comodidades.
Aquello parecía más una celda que una sala de examinación.
Se adentró con paso decidido ignorando el latido de su corazón, ignorando que aquella fuera la primera vez que se metía en la boca del lobo. Se acercó al centro de la habitación, donde una omega menuda se encontraba de espaldas a él de cara a un sujeto sentado en un sillón quirúrgico. Al escuchar pasos, la omega se volvió con curiosidad, guiada por el fuerte olor que desprende el recién llegado. Aquello solo podía significar una cosa: aquel era un omega de casta pura.
Sólo había dos omegas de ese tipo en aquel lugar que pudieran rondar las instalaciones: El director y su hijo, el sucesor. Y el que se había adentrado en la sala era este último, el cual mantuvo sus ojos sobre la omega según se acercaba, ignorando al otro sujeto.
—Señor Park —la susodicha se levantó de la silla rápidamente y se inclinó en un saludo formal—. Bienvenido. Soy la doctora 0473, mucho gusto.
El Señor Park asintió mirándola, pero no dijo nada. No estaba allí para hablar con la omega de menor rango, una simple mestiza. Estaba allí para supervisar una clasificación y todo lo que fueran simples formalidades no le importaba. Su tiempo valía oro.
Sin embargo, la doctora ya estaba acostumbrada a ese carácter cínico de omegas de tal rango y siguió diciendo con voz amable:
—Ha llegado justo a tiempo. Estaba por comenzar el examen.
La doctora volvió a voltearse y su bata blanca se ondeó ligeramente. El señor Park se puso a su lado, calculando los centímetros que los separaban para no tocarse. Bajó la mirada para observar atentamente lo que hacía la otra omega sobre la mesa de metal y vio una serie de jeringuillas llenas de diferentes líquidos que no supo identificar.

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DOMINANCE | kookmin
Lobisomem《Los omegas dirigen el mundo, los alfas sólo han nacido para besar el suelo donde pisan.》 La revolución se acerca...En las manos de Jimin estará jugar todas las cartas o morir en el intento. •Omegaverse alternativo. •Ship principal: kookmin / otros...