Padre
La noche de finales de febrero se había encapotado con nubes negras y amenazaba con acompañarse de chubascos de un momento para otro.
Jimin observaba desde los grandes ventanales de su salón la ciudad despierta, los grandes rascacielos, los pequeños edificios y las calles iluminadas y llenas de automóviles mientras bebía de su vaso con güisqui y meditaba.
Se había quitado la corbata y se había soltado dos botones dejando ver parte de su pecho pálido porque se sentía exhausto. Aunque le gustaba lo que hacía, trabajo era trabajo y las responsabilidades del día pasaban factura.
Su padre no lo aprobaría. Tenía que mostrarse impecable.
Y así fue como cuando su asistente Seokjin le comunicó que sus padres ya estaban en el edificio, dejó el vaso con alcohol en cualquier superficie, se abotonó la camisa y se dirigió con paso firme a la puerta de entrada donde ya se encontraba el beta.
Vivía en el último piso de uno de los rascacielos más exclusivos y seguros de Seúl. Un dúplex que se había convertido en su orgullo desde que lo había adquirido a la edad de dieciocho años, por regalo de sus padres. La única manera de acceder a él era mediante ascensor.
Esperó pacientemente al lado de las puertas metálicas y estas se abrieron después de un timbre, revelando a un matrimonio de casi sesenta años cada uno. Ambos vestían trajes brillantes de cóctel a diferencia de Jimin que seguía con el conjunto gris de trabajo.
Solo uno de los dos sonreía.
—¡Jiminie! —Su padre alfa avanzó hacia él dispuesto a abrazarlo después de haber estado tiempo sin verse.
Sin embargo, su padre omega lo agarró del brazo parándose en el acto y con un brillo descontento en los ojos.
—Jimin es un omega hecho y derecho ahora, Dohwan. Contrólate.
La tensión reinó en el ambiente cuando Dowhan miró a su marido por unas milésimas de segundo. Por sus ojos cruzó un brillo desafiante que con la misma rapidez que vino se fue y se apartó del omega para mirar al suelo.
Jimin miró a su padre alfa de forma impasible, sin ninguna intención de acercarse y abrazarlo. Su otro padre había hecho bien en pararle los pies, pues no quería tener que rechazarlo delante de los presentes.
—Jimin.
Park Jisung lo miraba con ojos oscuros después de mandar sobre su Alfa y Jimin centró su atención en él, mirándole de la misma manera, pero con notable cariño en sus cuencos oscuros.
—Padre.
Se abrazaron apenas, insuficiente para llegar a oler la esencia del otro. Jimin no recordaba cuándo había sido la última vez que una marca familiar había permanecido en su piel o en su ropa.
Hacía mucho tiempo.
Dio un asentimiento de cabeza a Seokjin y todos empezaron a caminar hacia el comedor donde esperaba la Chef privada y varios camareros uniformados.
Su asistente había hecho bien en elegir un color beis para la cena de aquella noche pues concordaba con la decoración del apartamento y las obras de arte expuestas en las paredes. Su padre Jisung asintió gustoso mientras se quitaba el abrigo y se lo daba a Seokjin como si fuera un mayordomo. Por supuesto, el beta no dijo ni una palabra.
—Buen trabajo. Para las reuniones familiares es mejor utilizar colores cálidos —dijo, acercándose a la larga mesa de caoba. Su padre Dohwan lo siguió por detrás, con rostro inmutable—. Quizás deberías haber utilizado la vajilla de madre perla hoy, pero bueno. Qué le vamos a hacer.

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DOMINANCE | kookmin
Hombres Lobo《Los omegas dirigen el mundo, los alfas sólo han nacido para besar el suelo donde pisan.》 La revolución se acerca...En las manos de Jimin estará jugar todas las cartas o morir en el intento. •Omegaverse alternativo. •Ship principal: kookmin / otros...