extra

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extra: wedding

mayuaka

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Unos golpecitos en la puerta lo alertaron y dejando su corbata a medio hacer, se acercó para abrir sin embargo no llegó a tocar el picaporte cuando una voz del otro lado le advirtió que no se atreviera.

--No podemos vernos antes de la boda --sentenció Akashi Seijūrõ y Chihiro podía jurar que tenía esa sonrisa burlona en sus labios.

--Qué tontería, podría abrir la puerta ahora mismo --chasqueó la lengua toqueteando el picaporte.

--Mayuzumi Chihiro, te plantaré en el altar si lo haces.

Puso los ojos en blanco y se rindió. Sabía que el pelirrojo era perfectamente capaz de dejarlo allí solo, humillandolo delante de todos sus invitados. Recargó su cuerpo en la puerta y con un suspiro continuó intentando arreglar el nudo de su corbata negra. Lo había hecho mil veces antes, pero por alguna razón ese día no recordaba cómo.

Quizás los nervios.

--¿Y a qué has venido si no quieres verme? --preguntó.

--Nada en particular, te extrañaba --fue su respuesta. El corazón del peliplata se saltó un latido --. Y necesitaba un respiro de Kise y su odiosa cámara.

--En cuanto pueda te tomaré fotos también, querido --sonrió de lado --. No creas que no vine preparado.

Oyó una risita ahogada seguido de una larga exhalación. Estaba a nada de tirar su corbata por la ventana, realmente.

--Esto realmente está pasando ¿no? --murmuró Seijūrõ --. Vamos a casarnos.

--Eso creo.

--¿Crees?

--Tal vez te niegues a último momento en el altar. O aparezca tu amante secreto para impedir la boda.

Akashi llamó su nombre con una delicadeza en su voz que lo descolocó un poco. Quería abrir la maldita puerta.

--Eres un bobo ¿lo sabías?

Y lo hizo. No soportó más.

Pero su novio ya no estaba allí y suspiró maldiciendo por lo bajo volviendo a adentrarse en la habitación de aquel lujoso hotel. Porque sí, Akashi Seijūrõ decidió que utilizaran una gran y bellísima sala tanto para la ceremonia como para la recepción. Siendo honesto, le daba igual el lugar o cualquier otra cosa relacionada. Él sólo quería casarse con su pequeño novio y punto final.

Se hartó de luchar con la estúpida corbata y la arrojó al suelo justo en el momento en que Mibuchi Reo ingresaba a la habitación junto a Kuroko Tetsuya para ver cómo estaba. El pelinegro rió y se apresuró a ayudarlo mientras el otro chico lo miraba con una pequeña sonrisa.

--Acatamos tu pedido, Mayuzumi-san --dijo y Chihiro asintió sin más.

--¿Ya todos están aquí? --preguntó tras agradecer a Reo brevemente.

--Sí, los padres de Akashi-kun acaban de llegar.

Era gracioso. Ni para su examen de ingreso a la universidad se puso tan inquieto. No bromeaba, en parte sí, cuando le planteó a Akashi los posibles escenarios para recibir un rechazo de su parte. Su mente decidió bombardearlo con dichas posibilidades apenas despertó esa mañana y recordó lo que pasaría ese día.

Y se sentía algo tonto. Un bobo, como Seijūrõ le llamó antes de desaparecer como si su voz del otro lado de la puerta no fuese más que un espejismo de su imaginación. Una ligera brisa acarició sus cabellos y dirigió su vista a la ventana abierta, donde unos cuantos pétalos de cerezo volaban cayendo en el marco de ésta.

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