Prologo

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Un coro de gritos hacían eco en los pasillos del orfanato mientras una mujer trataba de poner a dormir a los pequeños. Unos lanzaban juguetes, otros peleaban entre ellos y otros solo dormían. El caos de la hora de dormir era uno de los momentos más difíciles del día.
Mientras el ajetreo de adentro de la casa podría volver loco a cualquiera por fuera la suave brisa, el olor a tierra mojada y el leve goteo de un millon de gotas de lluvia estrellándose en el techo y ventanas lograba relajar a dos peculiares niños.

Dos pequeños llamaban la atención por lo aislados que estaban del resto de los niños. Ambos niños estaban solos en el cuarto más pequeño del lugar mientras jugaban. La habitación estaba equipada de 12 camas pero ellos estaban tirados debajo de la última cama del pasillo en la alfombra a lado de la vieja ventana de madera con abundantes goteras.

— Tengo hambre Rick— murmuró la pequeña pelirroja mientras recostaba su cabeza en el hombro de su hermano mayor y abrazaba su oso de peluche.

Ambos estaban boca abajo.

El castaño levanto la mirada de su cuento favorito y la miró ante su llamado. Este le dedicó una leve sonrisa antes de buscar en su bolsillo derecho una bolsa de galletas para después tendersela.

—Olivia solo puedes tomar 3, no más— hablo tratando de ser autoritario.

La niña sonrió mostrando un hueco que le faltaba y agarró la bolsa. — Gracias.

Rick miro a su hermana con ternura mientras esta devoraba las galletas de chocolate que había tomado de la cocina del horfanato, pequeñas migajas comenzaron a impregnarse en las mejillas de la pequeña y algunas otras caían hasta ensuciar la alfombra

Rick sonrió. Ella era lo único que le quedaba.

A sus 8 años recién cumplidos, el pequeño castaño sabía que tenía la responsabilidad de proteger a su hermana, tal cual le había prometido a sus padres. Aún no entendía muchas cosas pero solo tenía una cosa clara, sabía que no tenía que alejarse de ella nunca. Sus padres los dejaron y tal vez ella no recordaba mucho  pero el si, y ese acto lo marcaría y perseguiria el resto de su vida.

—Que tal si, dormimos ya "fresita"— propuso el castaño después de comer unas cuantas galletas ambos. Olivia río ante el apodo y se hecho a los brazos de su hermano.

La pequeña tenía largos rizos rojizos, ojos verdes y pecas en sus mejillas, está era la razón de tal apodo pues para Rick su hermana asemejaba una pequeña fresa.

— Si, solo.... ¿Puedes quedarte aquí?— dijo con voz adormilada en medio de un bostezo.

Rick asintió y oculto una mueca de nervioso, rezando internamente porque la Sra. Rebecca no lo regañara por dormir en una cama que no era de el.  Pero dispuesto a enfrentar su castigo tomo la mano de Oliva y juntos treparon a la dura cama y se arroparon con la delgada cobija que tenían.

Rick se estremeció cuando una delicada brisa entro por la ventana que no cerraba del todo. Olivia lo miro preocupada y esta bajo rápido de la cama y tomó la otra cobija que cubría la cama de a lado, teniendo en cuenta que la Sra. Rebecca le daría un azote por tomar algo que no le pertenecia. Una vez que está se incorporo a lado de su hermano ambos se arroparon.

Los pequeños charlaron del libro favorito de Rick unos momentos antes de empezar a sentir el cansancio inundar sus cuerpos. Más rápido de lo que pensaron ambos comenzaron a cerrar sus ojos dispuestos a dejarse caer en los brazos de morfeo.

—Te quiero Ricky— susurro Olivia tomando la mano de su hermano antes de finalmente caer en un profundo sueño siendo arrullada por el olor a tierra mojada que inundaba el ambiente y las diminutas gotas que hacían ruido al estrellarse contra la ventana.

Rick estrujó su mano y beso la frente de su hermana — Yo también te quiero hermanita.

Ambos eran inconscientes que algo muy próximo estaba por separlos.

...
Está sería mi primera historia publicada.
Hola a todos.
Espero que disfruten está novela y más sin son fans de la película.
Pronto subiré otro capítulo.
Espero tener mucho apoyo.
xx

Desert Love | A.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora