《 Once 》

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♡  No está loquito, solo le falta mimir.




Cuando el sol se ocultó, la temperatura descendió considerablemente, por lo cual se veían casi obligados a encender la estufa en aquellas ajustadas cuatro paredes para poder resguardar algo de calor. _________________ se mantuvo echada sobre la cama que compartía con su novio y aferrándose al hoodie que traía puesto, también de él, mientras que Tomura estaba sentado de forma perezosa en un puff al lado del colchón, prestándole atención a la gran pantalla que había frente a él.

Ya era algo cotidiano que Shigaraki exigiera cual niño pequeño la presencia de su pareja como amuleto de buena suerte en sus extenuantes partidas, el League of Legends era el pan de cada día de su relación.

Mientras que Tomura iba por su quinta partida del día, _________________ aprovechó para leer la revista que había comprado esa mañana en el súper mercado, debía mantenerse al tanto de los chismes de alguna forma.

—Abrieron una nueva cafetería en el centro —murmuró sobre el artículo que leía, se veía algo lujosa y con un toque europeo—. ¡Tiene temática de gatitos! —comentó—. ¿Podemos ir?

Shigaraki mantuvo su vista centrada en la pantalla—. No —habló de forma rápida, sin darle mucha atención al asunto—. Y no me gustan los gatos.

_________________ frunció los labios, dejando la revista en una esquina y acercándose a su pareja—. ¿Preferirias una de perritos? —preguntó entre risas, deslizando sus manos por la espalda de Tomura y masajeando sus hombros—. Tú puedes elegir —murmuró, pasando sus brazos al rededor del cuello del mayor, abrazándolo y dejando besos sobre su piel—. Lo único que quiero es salir contigo, Tenko.

—Deja de decirme Tenko.

_________________ ladeó la cabeza—. Pero ese es tu nombre.

Shigaraki chasqueó la lengua, hundiéndose más sobre el puff y tecleando con rapidez, posiblemente desquitando su enojo con algún jugador—. No —murmuró, apartándose de los brazos de su pareja y centrándose en la pantalla—. Soy Tomura.

Aquello la había dejado confundida, _________________ simplemente regresó a su posición inicial, sentada sobre la cama y con la revista nuevamente entre manos.

Frunció el ceño desconcertada ante la actitud de su novio, sus cambios de humor y su actitud más bien arisca eran algo de puertas afuera, ahora estaban solos, no creía que hubiera razón para no ser íntimos.

Él fue quien le reveló su nombre y accedió a ser llamado así en primer lugar.

—¿Pasó algo? —susurró en forma suave, la voz le salía un tanto suplicante al haber sido regañada—. ¿Estás molesto?

Intentó acercarse por segunda vez, algo más lenta, deslizando los dedos y delineando cual brisa los hombros del mayor.

El cabello de Tomura estaba más largo de lo usual, en los últimos meses se había negado a cortarlo, por lo que ya rozaba sus mejillas. Dejó caricias en su cabeza y peinó sus puntas de forma suave, intentando hallar respuesta, el contacto solía hacerlo hablar.

Tomura se limitaba a observar su partida, temblando por dentro ante el toque de su pareja—. Sabes que no puedo llevarte a esos lugares —murmuró entre dientes, alejándose y concentrándose en mantener solo cuatro dedos sobre el mouse—. En estos últimos días-... olvídalo.

Eso le estrujó el corazón.

—Puedes contarme lo que sea, cariño.

Tomura frunció los labios, viendo que pronto terminaría su partida. Él era terco, no diría nada si se encontraba así, aunque el secreto lo matara por dentro.

_________________ lo sabia, conocía a Shigaraki desde que eran niños, lo había visto así cientos de veces y aprendió a lidiar con aquello, al volverse novios esto fue más fácil.

Lo único que no facilitaron los años fue aquella ruleta rusa que representaban las reacciones de Tomura ante el afecto, para ella siempre habían sido positivas, aunque esa duda y temor al rechazo aún estaban presentes.

Suspiró, levantándose y dando un par de pasos hacia la puerta.

El siempre presente ruidillo que hacía el mouse al ser clickeado con desesperación terminó.

Antes de que pudiera alejarse un metro tan siquiera, Shigaraki la tomó por la muñeca usando su pulgar e índice para tirar de ella.

Tomura la hizo sentar sobre sus piernas.

En aquella posición se veía casi obligada a aferrarse a él, estrechando la distancia entre ambos.

Todo iba de acuerdo al plan, Shigaraki podía ser tan predecible a veces, como un niño molesto.

_________________ se estiró a sus anchas, disfrutando del calor entre ambos y abrazando el cuello de su novio, descansando sobre su pecho. Segundos después de aquello Tomura había vuelto a jugar, sus manos sobre el teclado y mouse, pareciendo casi indiferente a la posición en que se encontraba.

—Dijiste que te quedarías a verme jugar —regañó en voz baja, áspero—. Mentirosa.

—¿Vas a perder si me voy? —rió en voz baja, dejando un beso en el cuello de su pareja y recibiendo silencio como respuesta—. ¿Ya vas a decirme qué te pasa? —preguntó, preocupada, se suponía que debía ayudarlo en todo lo que pudiera—. Tenko.

Se escuchó de fondo a la voz del monitor exclamando Victory y el leve crujir del mouse antes de ser desintegrado.

—No quiero que nombres a ese idiota.

Ahora sí, no tenía idea de qué estaba pasando.

Aún más desconcertada que antes, _________________ intentó buscar la mirada carmín de su novio en busca de explicaciones—. ¿De qué estás hablando?

—Yo no soy Tenko, soy Tomura —bramó con odio—. Tenko podría llevarte a esa cafetería —murmuró, celoso—. A mi me arrestarían.

[ Shigaraki Boyfriend Goals ] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora